"Los derechos humanos no sólo se conculcan en desiertos remotos"

El cineasta Manuel H. Martín recrea los 30 años de encierro del alcalde de Mijas, tras la Guerra Civil

josep lluís galiana valencia

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Entre 1939 y 1969, Manuel Cortés, antiguo alcalde republicano de la localidad malagueña de Mijas, permaneció encerrado en un angosto hueco en la pared de su casa, convertida en su cárcel particular, durante 30 años. Esta es la historia que recrea el documental de animación del cineasta Manuel H. Martín y que fue seleccionado por el V Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos para ser proyectado en el Club Diario Levante, sede del certamen desde su primera edición.

Cientos de españoles escondidos durante décadas. Combatientes que no pudieron escapar de España como le ocurrió al protagonista de 30 años de oscuridad, cargos públicos y simpatizantes del legítimo gobierno de la República se vieron obligados a huir por temor a ser fusilados y esconderse como topos en la larga noche de la dictadura franquista. La Amnistía General promulgada el 31 de marzo de 1969, treinta años después de finalizada la contienda fraticida, el dictador dio por prescritos los delitos cometidos antes del 1 de abril de 1939. A partir de esa fecha, "muchos topos salieron, como hongos después de la lluvia, del agujero donde habían vivido escondidos, todavía con el temor a las represalias", explica en el filme Jesús Torbado que, junto al periodista Manu Leguineche, firma el libro Los Topos. Ocho años de investigación, siguiendo pistas, recibiendo portazos, amenazas de muerte, etc.

Matías Alonso, coordinador del grupo de memoria histórica de Valencia, animó un coloquio tras la proyección en el que aprovechó para hacer hincapié en la gran deuda que España tiene con miles y miles de víctimas y familiares de asesinados por el régimen de Franco. "Los topos, hasta cierto punto, fueron afortunados, porque siguieron viendo a sus familias y si llovía no se mojaban, señaló Alonso, pero el fenómeno de los huidos, los miles de combatientes que te echaron al monte y que lucharon organizados en guerrillas entre 1938 y 1952, nadie los defendió y fueron cazados y asesinados por la guardia civil y el ejército franquista".

Matías Alonso, presentado por el director artístico del Festival, Alfredo Jiménez, alabó el coraje de los organizadores del certamen por "tener en cuenta la realidad española en un ciclo de cine sobre derechos humanos, porque no sólo se conculcan éstos en desiertos remotos y montañas lejanas".

Organizado por la Fundación por la Justicia, la 5ª edición del Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos entregó el pasado domingo su mayor y único galardón dotado con 1.000 euros, el Premio del Púlico al documental Punne (Albino).

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