A falta de pequeños detalles, la restitución de una parte importante del Palacio del Abad en el Monasterio de la Valldigna está concluida. Han sido seis meses de obras y una inversión de 500.000 euros. El Palacio del Abad era el último elemento del complejo que quedaba por intervenir. Y ahora permite una buena lectura de gran parte de su volumen e incluso un recorrido por su primer piso, donde está ubicado el claustrillo que la Generalitat trajo de Torrelodones.

Al igual que el resto de los espacios recuperados durante los veinte años de intervención en el monumento, el Palacio del Abad se encontraba en estado de semi ruina. Sólo conservaba algunos elementos hasta la restitución del claustrillo. Sin embargo, a diferencia de la Sala Capitular, el Locutorio o el Refectorio, entre otros espacios recuperados en su totalidad, el palacio ha sido consolidado y reconstruido sólo en una parte, la que ha permitido la información de que se disponía y que ha aparecido a lo largo de las diferentes campañas de excavaciones. Sin ir más lejos, en una de las últimas y junto a él aparecieron restos de un nuevo gran claustro, lo que ha hecho presuponer de que el palacio tenía una gran extensión, mucho mayor de la que ahora se lee y recorre.

La intervención ha devuelto al palacio muros, habitáculos o forjados. Además se ha instalado una estructura de madera en todo el piso superior. La idea ahora es continuar con las excavaciones, aunque la situación económica de la Generalitat, sin duda paralizará un largo tiempo nuevas intervenciones.

Aún así, el complejo mandado construir por Jaume II El Just permite su total lectura, después de siglos de abandono, expolio continuado y olvido seguramente a causa de la leyenda negra que le acompañaba. Fue en 1991 cuando la Generalitat lo compraba por 231 millones de pesetas-en torno a 1,5 millones de euros- y comenzó su recuperación. En el año 2006, el Estatut d' Autonomia lo reconocía como "templo espiritual, histórico y cultural del antiguo Reino de Valencia, y símbolo de la grandeza del Pueblo Valenciano reconocido como Nacionalidad Histórica".

El Palacio del Abad, mandado construir por el abad nacido en Alzira Arnau de Saranyó (1357-1387) y cuya construcción se prolongó desde el siglo XIV al XVIII, vio como su claustrillo era vendido en 1920 para la residencia que se estaba construyendo el Conde de las Almenas en Torrelodones en la denominada finca El Canto del Pico que incluso fue residencia de veraneo de Franco.

Su recuperación y restitución en su emplazamiento natural fue posible gracias a que el gobierno de Madrid no permitió que la residencia albergara un casino. Así que los propietarios lo vendieron a la Generalitat por un millón de euros a mediados de la década de 2.000. Su recuperación fue la que verdaderamente ha permitido dar un nuevo paso.

El proyecto de recuperación del Monasterio de la Valldigna incluía originariamente la construcción de una hospedería. Sin embargo, el proyecto ha quedado seguramente descartado definitivamente debido a su elevado coste y la escasa vida que actualmente tiene el complejo monacal pese a su espectacularidad y belleza arquitectónica.