Aún queda mucha música valenciana por recuperar y descubrir. Obras de numerosos compositores que el tiempo ha olvidado pero cuyo legado forma parte de un patrimonio cultural básico para entender la evolución de la cultura valenciana y también de qué forma las corrientes europeas influyeron en nuestros compositores. Y un ejemplo de todo ello es la obra del compositor Salvador Giner (1832-1911), director del Micalet, del Conservatorio de Valencia y de la Banda Municipal.

Giner dejó una extensa obra, aunque la más conocida sea sin dudad, el pasodoble L 'entra de la murta. Una obra que abarcó zarzuela-28 obras-, música para orquesta, mucha obra religiosa y cinco óperas. Y es una ópera, en este caso L'Indovina, única inédita de Giner, la que hoy se estrena en el Palau de la Música de Valencia tras un proceso de recuperación y adaptación realizado por el director valenciano Cristóbal Soler, director musical del Teatro de la Zarzuela, y cuya edición crítica será publicada por el Instituto de Ciencias Musicales que dirige Emilio Casares.

La partitura fue una de las muchas piezas que fueron catalogadas gracias al proyecto de investigación iniciado en 2004 a iniciativa de la Sociedad El Micalet, en colaboración con la Universitat de València, sobre el legado del compositor que se conserva en la Sociedad Coral.

Compuesta a finales de la década de 1860, la obra está dividida en cuatro actos. Sigue el modelo de la ópera italiana, más concretamente deja ver la influencia verdiana, un compositor por el que se sentía devoción en la Valencia de la época aunque con muchos elementos propios de Giner. El libreto fue obra de Temistocle Solera, poeta y compositor que colaboró con Verdi al principio de su carrera. La ópera, cuya acción transcurre en Verona en 1259, cuenta del drama personal que protagoniza la adivina, a quien le fue arrebatado marido e hija con el trasfondo de las luchas por el poder entre las distintas ciudades italianas.

Para el musicólogo Emilio Casares L'Indovina es una sorpresa porque muestra a un compositor muy maduro, a pesar de su juventud. Por aquel entonces su edad rondaba los 36 años. "Esta es una obra que tiene cosas singulares de un compositor que, a diferencia de otros, inventa y no copia un sistema. En esa época, la música española importaba modelos, pero el tipo de orquestación de Giner es muy novedoso. Es cierta la influencia verdiana, pero también demuestra que domina el tratamiento de los coros gracias a que ya había compuesto mucha música religiosa".

Casares recuerda que la obra no es un drama de números sueltos sino una partitura articulada que sin parar remite en cuanto a su construcción al mismo Wagner. "No sé si llegó a conocerlo porque es de su época, pero se acerca mucho a su concepto estructural", añade Casares, en un momento en el que compositores como Rossini o Giacomo Meyerbeer arrastran el interés de los músicos españoles.

La ópera, en versión de concierto, será interpretada por la mezzosoprano Cristina Faus, el tenor José Luis Sola, la soprano Svetla Krasteva y el barítono Ángel Odena. Todos ellos, acompañados por la Orquesta de Valencia, dirigida por Cristóbal Soler, y la Coral Catedralicia.

Según Casares estamos ante "una sorpresa, un bombardeo de ideas continuo que hay que sacar de su déficit de conocimiento" y sobre la que no duda en valorar que de las 36 óperas recuperadas por su instituto en los últimos años L'Indovina está entre las cinco mejores.