Un festival marcado por la austeridad

El aura de incertidumbre financiera que llegó a poner en peligro la celebración del festival, y que sigue envolviendo el futuro del FIB, ha conllevado que la edición de 2013 sea la de la austeridad y los recortes. En constraste con los años de pulmón económico, el FIB es de gama baja. Hay menos voluntarios, menos trabajadores, menos bandas y menos público. Incluso en la zona VIP flojea la parte de la restauración, antaño variada. Asimismo, los recortes se notan en la ausencia de aire acondicionado en las zonas de restauración, prensa y acreditaciones. Cogido por alfileres, 2013 se muestra como año de transición, con el deseo de que el cambio de propietarios impulse el festival. Lo que continúa firme es el dispositivo de seguridad: el departamento de salud de Castelló reforzará sus servicios y Bomberos ha activado el dispositivo especial. levante-emv benicàssim

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