Entre «dinamita» y «armillita»

Se cumplen noventa años de los comienzos de Félix Rodríguez, emparejado con Alpargaterito en plena «etapa de plata» de la tauromaquia. Este diestro, santanderino de nacimiento y valenciano de vivencia, supone la expresión más acusada de la evolución del estilo artístico, pasando de una lidia inquieta y habilidosa cuando le llamaban Dinamita a lograr un toreo de belleza inigualable.

Fermín Espinosa Armillita, la máxima maestría de la fiesta mexicana, no tuvo inconveniente de declarar en público que el mejor torero de cuantos había conocido fue Félix Rodríguez.

Cumplimentada la anterior efeméride, se impone indicar que un nieto del mítico Fermín, hace hoy el paseíllo en el despejo del coso de Russafa con ganado albaceteño de Daniel Ruiz. Esta novedad azteca, de ilustre apellido, se presenta dirigida por Antonio Vázquez y de sus escasas actuaciones se desprende una línea «españolizada» por la influencia que en su formación ha tenido Pedro Moya Niño de la Capea. Esperemos que su debut con picadores permita una expectativa acorde con los numerosos antecedentes que le respaldan.

Recibirá adecuada respuesta de Román, el espada indígena convertido en triunfador de la temporada novilleril española y reclamado en todas las ferias importantes de Francia por la profundidad de su muleta desarmada y por su actitud de entrega frente a los cornúpetas.

La puerta grande, conquistada recientemente en Alicante, puso de manifiesto la progresión en la técnica del coletudo del barrio de Benimaclet. Y las dos faenas, ante enemigos desiguales, evidenciaron el momento idóneo que vive este torero formado en la Escuela de Tauromaquia de Valencia, tan acertadamente dirigida por Manolo Carrión.

Por último, David Martín Escudero completa la terna de novilleros. Recientemente tuve la oportunidad de verle tentando en lo de Joselito en Trujillo, acompañado por el prometedor aspirante de Vinaròs Jaime Miralles, entre otros. Artista de corte clásico y personalidad introvertida, sin duda alguna merece la atención del aficionado y seguro que presentará batalla en una tarde llena de alicientes para iniciar el ciclo reducido que se anuncia en el coso de Monleón.