La señora de botín

Vamos de susto en susto. Pudiera pensarse que cualquiera que se apellide Botín tiene mucho de su parte y a los próceres conservadores a sus plantas, mas no. Los recortes afectan al común de los mortales, pero no a la grosería de los políticos hacia cualquier gremio que no sea el propio. Anoten un nuevo colectivo al que denostar, tras el de los médicos, los funcionarios, los farmacéuticos, los mineros, los artistas y los docentes: el de las filántropas.

Se ha producido en la capital de España una gresca digna de Sálvame Deluxe con una protagonista que jamás nos pudimos imaginar como diana de un señor de derechas, Paloma O´Shea. Entre insultos a su creadora, el Ayuntamiento de Madrid ha abandonado el patronato de la Fundación Instituto de Música de Cámara que preside la mecenas, un prestigioso centro de enseñanzas de postgrado que ha merecido premios internacionales. Consta en acta, porque lo dijo en un pleno, que Fernando Villalonga, el que fuera concejal de Cultura de la capital y ahora dirige tres empresas públicas y representa a la ciudad en la candidatura olímpica, acusó a O´Shea de hacer «filantropía» con dinero público, de aprovecharse de estar casada con el presidente del Santander Emilio Botín, y de «falta de transparencia, eficacia y moralidad en la prestación de servicios públicos». Jo, ni que esa mujer fuera Bin Laden. O tal vez el munícipe se está vengando porque le han endilgado unas preferentes.

Le llamo munícipe por llamarle algo, aunque en realidad el tal Villalonga hubo de ser apartado de la concejalía de Las Artes de Madrid por una sentencia del Tribunal Constitucional, pues al no haber concurrido a las elecciones no podía ocupar dicho cargo. Hablando en plata, que el enchufe no basta. «¿A no? ¿Pero qué me dices?», debió pensar Ana Botella, alcaldesa digitada que tampoco se ha presentado como cabeza de cartel a ningún comicio y a la que no llamaremos señora de Aznar en la evaluación de su fulgurante carrera política para no caer en el mismo error que su acólito. Y rápidamente le hizo un hueco como asesor y le recolocó en tres empresas municipales y en el chollo olímpico. Ya en su nuevo cometido, el pizpireto primo de Juan Villalonga de Telefónica, amigo del alma del expresidente Aznar hasta que abandonó a su primera esposa por Adriana Abascal, ha embestido a O´Shea con una saña que sorprende en un diplomático de carrera. Me fascina este Villalonga, cuyo currículum va desde consejero de Cultura en Valencia con Eduardo Zaplana a cónsul en Nueva York, pasando por la Fundación Telefónica y por la dirección del estudio del arquitecto Santiago Calatrava.

De «sexista» ha calificado la vapuleada Paloma O´Shea el ataque de Villalonga, que solo se refiere a ella como esposa de Botín y no como un ser individual que entre otras tiene la medalla del Mérito de las Bellas Artes, el lazo de la Orden de Isabel la Católica y la legión de Honor de Francia; «una ofensa propia de un pensamiento finisecular que parecía muy superado». También a esto ha respondido con sarcasmo el hombre fuerte de Botella dirigiéndose a ella como «Doña Paloma». El consistorio madrileño, que respaldó en un primer momento a Villalonga ha reculado después por boca de la alcaldesa y para que no falte nadie, Izquierda Unida y los socialistas han salido en defensa de la marquesa de O´Shea. Un circo, vamos, pero sin 21% de IVA. Uno de los pocos espectáculos que van quedando en pie, el de los asesores repartiendo estopa. Pero es la cultura, estúpidos, y hay que cargársela proceda de alta cuna o de baja cama.