El teatro baja el telón a una temporada de subsistencia

La subida del IVA, la caída de la programación local y el fin de la gestión pública del Talia marcan un año calificado como de "tormenta perfecta"

El teatro baja el telón a una temporada de subsistencia

El teatro baja el telón a una temporada de subsistencia / m. a. montesinos

alfons garcia valencia

La última noticia (mala) para el teatro valenciano llegaba ayer. Pluja pone a la venta el Teatre del Raval de Gandia después de catorce años. Es el punto final a una temporada que nombres representativos de la escena describen como "desastrosa" (Toni Benavent), de "tormenta perfecta" (Enrique Fayos) o "entre la resistencia y el abandono" (Juli Disla).

El curso empezó con una bomba: la subida del IVA en las entradas, que pasaba del 8 al 21 % en septiembre de 2012. Las protestas contra la medida, incluso por dirigentes del PP, no han servido de nada. Tampoco los estudios que dicen que el fisco ha recaudado menos con el cambio, que ha favorecido una tendencia que ya se advertía: una bajada del consumo cultural, que "es lo que más daño ha hecho", en opinión de Fayos, responsable de la empresa que posee el Olympia y gestiona el Talia y los auditorios de Torrent y Catarroja.

La histórica sala Talia ha sido también protagonista, ya que en otoño se supo que la Generalitat abandonaba su gestión en enero para ahorrar 264.000 euros anuales. Anunció entonces que programaría compañías valencianas en el espacio Martin i Soler del Palau de les Arts, pero seis meses después no hay nada de eso. Unido a la pérdida de peso del teatro de texto en el Principal en favor de musicales y otros espectáculos, la conclusión es que ha sido "un desastre", según Benavent, vicepresidente de Avetid, la patronal de las compañías, porque "se ha perdido una apuesta de teatro público".

La programación municipal, fomentada antes a través del Circuit Teatral y del SARC de la diputación, está en franco retroceso: "No estamos ni en el 20 % de lo que era hace cinco años", dice Benavent. El resultado es, por ejemplo, que una compañía con presencia en Madrid y Barcelona como Albena, de la que Benavent es gestor, ha tenido un 35 % menos de representaciones.

Con este panorama, y el 90 % de los actores en paro, la salida para estos es "la resistencia desde la precariedad o el abandono (de la profesión o del territorio)", asegura Disla, secretario general de Actors i Actrius del País Valencià (AAPV).

Ha sido también el año de la aparición de CulturArts, que genera dudas, pero en "lo positivo", apuntan Disla y Benavent, ha abierto una vía de diálogo con el nuevo titular de la política escénica, Manuel Tomás, mientras Inmaculada Gil Lázaro quedaba a un lado.

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