Raphael

"Lo bueno de mi profesión es que nunca se llega a una meta"

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Raphael / EFE

V. JOVER

Usted nació en mayo del 43. Unos meses antes que Julio Iglesias. Tal vez los dos artistas españoles más internacionales. ¿Debería preocuparnos que ambos estén por los 70?

No, la gente debería alegrarse de que hayamos existido (risas). Sinceramente, hay épocas que son buenas, otras que no son tan buenas, y también las hay regulares. Lo importante no es el éxito, sino que el público tenga un amplio abanico de músicos de donde elegir.

Es amigo de Julio. Él tiene un disco de diamante y usted de uranio. ¿Sabe que el uranio es tóxico?

El disco está entre cristales, ahí no puede hacer ningún daño. Pero no sabía que Julio tenía un disco de diamante. No me preocupo por lo que tienen los demás. Nunca lo he hecho.

Conocerá festivales modernos como el FIB en Benicàssim, el Primavera Sound en Barcelona y el Low Cost de Benidorm. Actualmente el calendario está plagado de estos eventos musicales. ¿Ha asistido a alguno?

Me gustaría mucho vivir la experiencia de alguno de esos festivales, pero no he podido asistir todavía a ninguno. Siempre estoy girando, siempre trabajando.

No sé si sabrá que la princesa Letizia acudió al FIB para escuchar en directo a The Killers, y se mezcló con la multitud.

¡Ah! Pues no lo sabía. Me parece muy bien. Todos somos humanos, todos tenemos derecho a disfrutar de espectáculos de esa magnitud, seamos quien seamos.

Este tipo de festivales se diferencia del Festival Internacional de la Canción de Benidorm. ¿Con qué formato se queda?

Son diferentes en la forma, pero no en el objetivo, que es reunir a un público para que escuche música. El paso del tiempo ha hecho que los festivales cambien de apariencia.

Es conocido internacionalmente por su expresión facial mientras canta.

El artista debe transmitir lo que está diciendo. Yo siempre he tratado de interpretar la canción que toque, ya sea una comedia o un drama.

Después de tantos años en los escenarios, ¿ha llegado a su madurez como cantante?

Creo que no, todavía puedo aprender cosas. Es lo bueno de esta profesión, que nunca se llega a un final, no tiene una meta.

¿Qué tal se lleva usted con las redes sociales y las nuevas tecnologías?

Bien, las uso yo, no dejo que me usen a mí. Únicamente estoy media horita al día delante del ordenador y el resto del tiempo lo dedico a las personas de carne y hueso.

Existen casos de niños prodigio que pierden parte de su infancia por la presión de sus padres en el esfuerzo y el tiempo que deben dedicar a desarrollar su talento.

No fue mi caso, porque yo hasta los catorce años no me dediqué a esto. Es verdad que con cuatro ya comenzaban a llamarme El Ruiseñor de Linares, pero no fue hasta más tarde cuando me centré en la canción.

Pero a los nueve años le eligieron como la mejor voz de Europa.

Sí, pero para mí aquello era un juego, y me dio la risa cuando me enteré.

¿Cree que con la crisis se resiente la imagen del artista español en el extranjero?

No, son cosas que van separadas. No se resiente. La imagen que España se ha forjado a lo largo de muchos años no va a desaparecer por una crisis. Las crisis son pasajeras.

¿Qué opina de la subida del IVA hasta el 21 % en los espectáculos musicales?

Esa es la mayor de las barbaridades. A ver si los que gobiernan recapacitan, porque de esta manera ahogan a los artistas, que no pueden salir de gira. O lo que es lo mismo, no pueden trabajar. Solo los más valientes nos tiramos al ruedo. Además, es una medida antipopular, y solo están recaudando una cuarta parte de lo que antes recogían.

¿Le queda algún país por visitar? ¿Adónde le gustaría ir?

Creo que no. He estado en casi todos los países del mundo y considero que en los países donde no he estado necesitan cosas más importantes que mi música.

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