No tiene aún despacho en la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Tampoco parece que le corra prisa. Pep Llopis (Llíria, 1945) es socio desde 1973 y estuvo tentado de pedir la baja cuando el escándalo de corrupción protagonizado por el expresidente ejecutivo Eduardo Teddy Bautista. Desde el pasado 3 de junio preside el consejo territorial en la Comunitat Valenciana, órgano nuevo aún en fase piloto.

¿El consejo territorial es el que manda en la SGAE en la C. Valenciana?

Los consejos nacen de la idea de ampliar la participación de los socios en la SGAE y están en una fase transitoria. Lo significativo es que hubo más participación para elegir a los consejeros que en las elecciones generales y eso nos da mucha representatividad.

O sea, tienen representatividad, pero no poder ejecutivo.

De momento, no. Los propietarios de la SGAE son los socios, pero los administradores son los técnicos. Tras lo que ocurrió, hemos pasado de una situación extremadamente presidencialista, representada por Teddy Bautista, a la intervención de los socios.

¿La SGAE no era democrática?

Siempre lo ha sido, pero una democracia basada en sus propias regulaciones. El problema estaba en el excesivo poder del consejo de dirección y su presidente.

Marca muchas distancias con Bautista, que antes era un dios…

Teddy Bautista transformó la SGAE y la convirtió en una auténtica empresa de gestión de derechos, que generaba unos ingresos bestiales y que se situó a la cabeza internacionalmente y con gran prestigio. Pero llegó un momento en que no entendemos qué pasó.

¿No tenían sospechas?

Sospechas había desde que aparece la red Arteria, pero no de corrupción. Había prevención ante lo que se estaba haciendo con los fondos de la Fundación Autor, una propuesta desmesurada y una locura de inversiones en todo el mundo que nos sitúa hoy en una situación económicamente dramática.

Como la Torre de la Música en Valencia, también…

Que afortunadamente no se hizo, porque sería un factor más de sufrimiento.

Pero los ingresos no bajan por los excesos de Arteria...

La SGAE empieza a perder ingresos antes, a causa de la piratería. Además está la crisis y las medidas anticulturales de este gobierno, que masacran el consumo de cultura. La locura de Arteria no influye en los ingresos ni en el reparto, solo en la adjudicación de los fondos de la Fundación Autor, que empiezan a bajar para promoción y se derivan a inversiones. Y la última espada de Damocles es el proyecto de ley de propiedad intelectual. De eso hay que hablar.

¿De la SGAE puede decirse que tiene una mala imagen de hierro?

Sí, esto no ha hecho más que empeorar la imagen. Y parece que no hay límite a empeorar esa imagen, tremendamente deteriorada. No hay una compresión real de la necesidad de la recaudación de los derechos de autor. La SGAE no ha sabido o no ha acertado en la manera de defender este derecho. Hasta el punto de que entre los propios asociados hay una gran desconfianza hacia la SGAE.

¿Se puede revertir la imagen de que la SGAE es una cueva de ladrones?

No lo es. Sería decir que todos los autores somos unos ladrones y no es así. Somos más de 106.000 socios en España (8.556 en la C. Valenciana) y no se puede llamar ladrones a todos. Otra cosa es la gestión como empresa, que no está separada del entorno social actual: hoy la corrupción o la mala gestión están extendidas a todos los estamentos. Eso no justifica nada —no he aceptado el cargo para defender que el comportamiento de la SGAE es ejemplar y no apruebo muchísimas cosas—, pero la entidad es permeable al entorno.

¿Hasta qué punto no está de acuerdo con lo hecho?

No entendía la compra loca de edificios, que no se hizo además con dinero de la entidad, sino con créditos elevadísimos, y dejé de asistir a asambleas. Cuando se descubrió la corrupción, estuve tentado de salirme y no participé en la renovación por vergüenza, porque me sentía estafado. Ahora, unos compañeros me hablaron para presentarme a consejero territorial y entendí que era el momento de echar un cable, porque la idea me parece buena.

¿Cuánto daño ha hecho Teddy Bautista a la SGAE?

¿En millones?

Si se puede saber.

Lo que sí que sé es que estamos pagando más de cien millones de euros de intereses al año por Arteria. Si eso da una idea del daño…

Más los intangibles de la reputación.

Esos son tremendos. No obstante, el dinero no ha salido del bolsillo de los ciudadanos. No es que hayan cogido de las peluquerías para llevarse el dinero a casa. Donde está la caca barata es en la promoción y en la creación de empresas paralelas soportadas por esos fondos. Arteria es la carcasa final de los fuegos artificiales tras la creación de la SDAE, el Portal Latino y toda una serie de empresas paralelas… Teatros en México, Argentina, Japón… En la Gran Vía de Madrid hay 3 o 4 edificios que son de la SGAE. Es una locura tal… El problema es que los garantes de esos préstamos somos los autores.

¿Y la desmesura del pasado solo la van a pagar ustedes?

Claro. Si la SGAE entra en quiebra, los responsables son el patrimonio y los 100.000 socios.

¿No hubiera sido mejor enterrar la SGAE y crear entidades más pequeñas, por disciplinas?

No me puedo pronunciar, porque hay demasiada gente que está intentando que la desmembración ocurra y no me gusta. Mucha gente va detrás de que la SGAE se descomponga o de asumir su papel, porque es un medio de ingresos importante. El Gobierno intenta privatizar sin control la gestión de los derechos de autor.

Ya puede hablar de la ley de propiedad intelectual, ¿los internautas son los enemigos?

Algunos. Lo que no entiende la gente que hace descargas ilegales es que está destruyendo la propia industria que produce el material para las descargas. Los malos no somos los autores. Hay que separar el derecho de autor de los fallos en la gestión.

¿Por qué tanto empeño contra el proyecto de ley?

Porque reduce el porcentaje para los autores, contempla empresas privadas con asociados que recaudarán sin control y, lo peor, porque la Administración se constituye en mediadora para discernir qué ha de cobrar un autor. Este deja de mandar de su obra. Esos tres elementos no existen en toda la UE, así que tendremos una ley que va contra las directrices europeas. No se puede ser más bruto.

¿Hay intereses ocultos?

Pues no lo sé. ¿Hay un porqué a privatizar la sanidad?, ¿beneficia a alguien? Pues esto es lo mismo.

¿Los problemas de la cultura se solucionan bajando el IVA y con una ley de propiedad intelectual que proteja a los autores?

Los problemas de la cultura se soucionan con una política decente, cercana a la realidad del país y con aceptación de los creadores. Un país con una cultura desprestigiada, vilipendiada y anulada es un país sin presente ni futuro. No se puede marginar a la cultura ni tenerla en el último escalón del sótano, porque es lo que hace andar a la humanidad. Los anteriores gobiernos a lo mejor no han desarrollado todas las políticas que nos hubieran gustado, pero este está hundiendo los pocos logros conseguidos.

¿La piratería tiene solución o es legalmente inalcanzable?

La solución es cultural, está en la sociedad. ¿Qué artistas se compran islas? ¿Dos, veinte, ochenta en todo el mundo? ¿Y hasta los millones que pasan hambre, que tenemos lo justo para vivir o ni eso?

¿Para cuándo nuevo disco?

[Ríe] Ahora, lo de los discos… Tengo tanta música hecha sin publicar que no sé si quiero hacer más… Sí quiero, pero me gustaría publicar cosas que creo que son interesantes y están en el cajón.

«La rueda de las televisiones no es justa ni ética»

De la gestión actual, ¿puede explicar qué es la rueda de las televisiones, el último culebrón?

La rueda es legal, pero no es ética, por eso se está intentando cambiar. Las televisiones pagan un canon por los ingresos por publicidad, emitan lo que emitan. Y como no se programa ya música, alguien encontró el resquicio de anotar la música en los programas de madrugada, cuando aparece de fondo o con un músico en un rincón al que ni se le escucha. Y un señor hace de distribuidor entre los autores y la televisión, que se lleva la mitad de los derechos de esas emisiones, la otra mitad es para este señor, que él mismo o a través de autores tiene los datos para confeccionar la lista de canciones emitidas. Así, en cinco años se han recaudado más de 25 millones de euros.

Que según Antón Reixa acaban en unas pocas manos…

El problema es que va en detrimento de los autores en general si las televisiones se quedan con la mitad del canon. Cierto que había un resquicio legal, pero este sistema no es justo ni ético ni moral.

¿La destitución de Reixa se puede interpretar como una resistencia a meter mano en el funcionamiento de la SGAE?

Como Pep le diría lo que pienso. Como presidente del consejo territorial puedo decir que nadie que destapa un muerto es popularmente recibido por los afectados.

Pero son una minoría en teoría, entre cien mil socios.

Una minoría, pero poderosa y muy orquestada. Y son varias minorías… Pero no me haga salirme… Independientemente de la rueda de las televisiones, en la nueva directiva de la SGAE ya había fricciones grandes por diferencias sobre la gestión. La rueda actúa como detonante hasta que una mayoría en la directiva aprueba la destitución de Reixa. El consejo territorial, antes de eso, escribió una carta solicitando nuevas elecciones antes que soluciones de parche, pero no lo estimaron.