Una de las pensadoras más relevantes del planeta, con la igualdad de género y la justicia social como brújulas que la orientan por sus océanos de intereses, Martha Craven Nussbaum (Nueva York, 1947), posee un currículum académico, una bibliografía y una suma de áreas de especialización que se antojan inasumibles para un solo mortal.

¿Qué le permitió desarrollar tan ampliamente sus capacidades?

De niña conté con una óptima nutrición. Gocé de una familia cariñosa que jamás abusó de mí. Conté con una educación de primer nivel, gracias a profesores que estimularon mi amor por aprender y que me ayudaron a escribir a base del ejercicio constante de una crítica exigente. Mi padre no esperó de mí menos de lo que hubiera hecho de un hijo varón, sino que me marcó las máximas metas, inculcándome la idea de que trabajar duro para alcanzar tus objetivos es divertido. También he disfrutado de montones de amigos y de buena salud.

¿Hasta qué punto es cierta la leyenda de que escogió su carrera y sus áreas de especialización como una reacción a sus privilegios familiares?

Tuve la inmensa fortuna de disponer de privilegios, por los que estoy inmensamente agradecida; los que carecen de ellos ven disminuir en gran medida sus opciones de desarrollar plenamente su potencial creativo. De manera que, si fui capaz de advertir que no todo andaba bien en Estados Unidos y que había que denunciar sus injusticias, esto no significa que repudiara todas las cosas maravillosas que mis padres me ofrecieron por medio de su amor y su esfuerzo. Sólo deseé que se hicieran extensibles a todo el mundo.

Ser hija de su tiempo también debió de ayudar en el proceso de concienciación.

Formo parte de una generación que prestó atención a los problemas que la rodeaban, primero con los movimientos pro derechos civiles y luego con las manifestaciones contra la guerra, estando ambos a su vez relacionados con la preocupación por la pobreza y las desigualdades de clase. Asimismo, no me pasó por el alto el hecho de que mi padre fuera capaz de ascender desde su condición de individuo de la clase trabajadora con escasos recursos hasta socio de un destacado bufete de abogados, movilidad ascendente de la que muchos quedaban privados, especialmente los afroamericanos y las mujeres.

¿Cuáles son las lecciones más valiosas que se pueden aprender hoy de la filosofía grecolatina, que en España es estructuralmente ninguneada?

El pensamiento grecolatino reviste un interés filosófico para áreas de lo más diverso. Aristóteles, por ejemplo, ofrece a los especialistas en las sociedades modernas una serie de recursos muy ricos para reflexionar acerca de la vulnerabilidad y la prosperidad humanas, asuntos a los que los poetas trágicos prestaron mucha atención. Gracias a él aprendemos que los bienes humanos son plurales y no individuales, al tiempo que nos dota de argumentos para criticar el actual pensamiento utilitario. Algunos distinguidos textos clásicos plantean desafíos a nuestros modelos actuales de pensamiento y suelen ser mejores y más ricos que los últimos artículos periodísticos, que en su mayoría serán olvidados en menos de un año, por no hablar de en los próximos dos mil años.

¿La actual crisis de fe también juega a favor de la revitalización de la filosofía?

No creo que las religiones estén en crisis. Al menos, en Estados Unidos gozan de una salud de hierro y prestan un apoyo a los afroamericanos, las mujeres, los gais y las lesbianas como jamás antes lo habían hecho. Mi propia religión, el judaísmo reformista, se encuentra más cerca de la idea de "religión racional" que propuso Immanuel Kant que ninguna otra antes y me hace sentir orgullosa de su aceptación del debate filosófico.

¿Cuáles diría que son los mayores obstáculos del presente al desarrollo de buenos ciudadanos?

La avaricia, el miedo y el narcisismo, ¡los mismos de siempre!

Los términos "ético" y "no ético" están hoy en día en boca de todos, pero ¿se manejan con propiedad los conceptos que hay detrás?

Probablemente, no. La mayoría de los conceptos filosóficos no se emplean con corrección en el habla cotidiana. En Estados Unidos se observa una tendencia de larga duración a emplear la palabra "moralidad" únicamente en relación con la conducta sexual, lo que es ciertamente un error.

¿Cómo puede la ética recuperar su sentido original y su crédito en sociedades donde, como ocurre en España, muchos representantes políticos son ejemplos de codicia y corrupción?

Su pregunta se responde a sí misma: usted entiende, como la mayoría de la gente, lo que son la codicia y la corrupción, y por qué deben ser denunciadas y eliminadas. Mientras la crítica a las malas prácticas se mantenga vigorosa, lo mismo harán el significado original y el crédito de la ética, Obviamente, albergar la idea acertada sobre cuáles deben ser los objetivos de una clase política decente no provoca que estos florezcan por arte de magia. Alcanzar ese punto requiere competencia política, y la ética por sí sola no la garantiza.

¿Confía en que la crisis económica global reforzará los argumentos de quienes, como usted, defienden fórmulas más humanitarias de medir el desarrollo de los países?

Los argumentos han estado ahí, en toda su validez y su fuerza, durante mucho tiempo. La cuestión es pues si la crisis va a provocar que los políticos les presten más atención. De hecho, el "enfoque de las capacidades" ha estado haciendo progresos escalonados y ganando adeptos desde antes de la crisis. El informe sobre el bienestar que encargó Nicolas Sarkozy en Francia concluyó que las capacidades eran el mejor criterio para su medición. El Banco Mundial también lo emplea de forma creciente. Mucha gente no es consciente, pero esta institución ha sido de las más activas en la insurgencia contra los viejos modelos de desarrollo.

¿Cómo diría que la educación y el fomento de las humanidades han evolucionado en su país desde que en 1997 escribió El cultivo de la humanidad?

Mis oponentes conservadores de aquel entonces eran grandes defensores de las humanidades: simplemente no querían aceptar cambios en la forma en que eran enseñadas. Sobre todo, rechazaban la inclusión de estudios feministas y estudios afroamericanos y, en menor medida, el nuevo interés por los logros de las culturas no occidentales. Hoy el debate se ha desplazado: mis rivales son individuos que no se lo pensarían un segundo a la hora de barrer con todas las humanidades, al estar centrados en los beneficios nacionales a corto plazo. Los encuentro mucho más temibles al apuntar contra valores del todo necesarios para mantener la democracia con energía y con vida.

"La mayoría de las personas intolerantes alberga creencias falsas, por lo que debería empezar por informarse de la historia de las religiones"

Usted, que ha investigado las emociones en profundidad, ¿cuáles diría que son aquellos errores más comunes al intentar descifrarlas y que, por tanto, causan más dolor?

Las ideas equivocadas en torno a las emociones no necesariamente nos hacen daño, lo que suelen traer es confusión. La más repetida es que las emociones son sólo sentimientos desprovistos de contenido cognitivo, los cuales se limitan a arrasar con nosotros. De todos modos, creo que esta confusión causa más problemas en el ámbito jurídico que en nuestra vida diaria, donde no nos autoengañamos con tanta facilidad.

Hoy el nombre de Martha Nussbaum se asocia a las humanidades, a la lucha por las desigualdades, al feminismo, al rigor intelectual... pero también hay una Martha Nussbaum con una vena artística muy desarrollada.

Empecé a interpretar obras de teatro clásico en el instituto y luego en la universidad, y llegué a formar parte de una compañía profesional que representaba tragedias griegas. Cada vez que doy una conferencia echo mano de mis recursos escénicos, incluso llego a interpretar pasajes de obras relacionadas con el tema en liza. También soy una voluntariosa cantante amateur, practico una hora al día. Y, no por casualidad, las arias de ópera y los lieder que más disfruto interpretando están unidos por su fuerte componente dramático.

Aun a riesgo de sonar simplista e ingenuo, ¿por dónde habría que empezar para contribuir a la defensa de la dignidad y de la justicia?

Mirando en el interior de nuestros corazones.