La semana próxima debería ser una oportunidad para instituciones y coleccionistas de arte valencianos, si los tiempos fueran otros. Tres importantes pinturas del siglo XVI valenciano salen a la venta en la casa de subastas Christie's de Nueva York en dos sesiones distintas el miércoles y jueves de la semana próxima.

Se trata de dos piezas de uno de los autores más importantes e interesantes de esta época, Fernando Yáñez de la Almedina (uno de los Hernandos, junto a Fernando Llanos), y otra que la casa de subastas identifica como del «Maestro de Xàtiva», una de las denominaciones del también llamado Maestro de Artés (para los expertos, detrás de ese nombre se esconde el pintor Pere Cabanes).

Una curiosidad sobre esta última tabla, una Adoración de los Magos de pequeño formato que sale a venta entre 14.620 y 22.000 euros, es que ha pertenecido al Museo de Arte de Toledo en Ohio (EE UU) desde que un filántropo la donó en 1926. Hasta ahora, que la pinacoteca la vende a beneficio de su fondo de adquisiciones.

La obra más importante de las tres es un Salvator Mundi que Christie's subasta el día 29 en una sesión dedicada al Renacimiento. Sale por entre 293.000 y 438.000 euros. Lo llamativo es que la adscribe al veneciano Jacopo de'Barbari, si bien en la literatura menciona que el exdirector del Museo del Prado Fernando Checa la consideró en 1992 como «posiblemente de Yáñez de la Almedina».

Para el conservador de pintura del Museo de Bellas Artes de Valencia, José Gómez Frechina, no hay duda de que es una obra de Yáñez, realizada en Italia antes de la presencia de los Hernandos en Valencia (1506) para realizar el retablo mayor de la Catedral. Según el experto, el español se inspiró en un Salvator Mundi recientemente descubierto de Leonardo da Vinci, con quien se piensa que los Hernandos colaboraron en Italia en la realización del perdido mural de La batalla de Anghiari. Yáñez ya había tenido como referencia la Cabeza de Cristo de Leonardo al realizar su Salvador entre los apóstoles Pedro y Juan, una obra que estuvo a punto de comprar el Museo San Pío V de Valencia y que finalmente adquirió el banquero Juan Abelló.