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"No soy el culpable de la piratería musical"

"La investigación de hoy es el pan del mañana", advierte

"No soy el culpable de la piratería musical"

«No me siento responsable de la piratería musical». El creador del formato de compresión de audio «MPEG Audio Layer 3», o sea el célebre MP3 que ha revolucionado la historia de la música facilitando la transmisión de archivos a través de internet, no se considera culpable del «boom» de las descargas ilegales en internet que tanto daño hacen a los músicos, es más acusa a la industria del sector de «tardar en reaccionar» ante las nuevas posibilidades que revelaba su invento.

Así de contundente se mostró ayer en la Universitat Politècnica de València (UPV) el «padre» del MP3, el ingeniero eléctrico y matemático alemán Karlheinz Brandenburg. La UPV invistió ayer a este catedrático de la Universidad Técnica de Ilmenau como doctor «honoris causa» por ser el desarrollador principal del algoritmo de comprensión que ha cambiado la forma de consumir música, ya que el formato MP3 permite que cualquier persona pueda llevar en su bolsillo discografías enteras, que la música pueda ser transmitida por internet de forma fácil y rápida, y que se pueda disfrutar desde cualquier teléfono móvil.

Brandenburg, no obstante, durante la rueda de prensa previa a su investidura si que hizo un alegato en contra de la piratería musical. «Estoy a favor de que los músicos y el entorno reciban un pago por el trabajo que hacen», dijo. A continuación añadió que la gente, y él mismo, «sigue amando y comprando música, aunque de forma diferente. El ingeniero cargó en el deber de las discográficas el auge de las descargas ilegales: Mi equipo de investigación estuvo en todo momento en contacto con la industria musical. Les informábamos de los avances que íbamos consiguiendo, pero no estaban interesados».

«Simplemente añadió hubo un desfase de cinco años, desde que la tecnología estuvo disponible (1997) hasta que se crearon los primeros sitios de descargas legales. En este intervalo, los piratas tomaron la delantera a la industria, que tardó demasiado en reaccionar».

Sobre si pensó que su trabajo llegaría a ser tan revolucionario, Brandenburg señaló que «es el sueño de todo investigador; cuando empezamos con el desarrollo, mi equipo fabulaba con la idea de que la tecnología alcanzase a un millón de usuarios y nos equivocamos en un factor de 1.000, pues hoy sabemos que lo utilizan miles de millones de personas». En cuanto al futuro inmediato, Brandenburg apuesta por «las tecnologías de inmersión, con audios y vídeos capaces de trasladar a una persona a nuevos entornos».

Preguntado por las consecuencias de los recortes en I+D+i en España, respondió: «No soy quién para decirle al gobierno español cómo debe hacer las cosas. Pero la investigación de hoy es el pan del mañana. Cuando nosotros sufrimos nuestra crisis en Alemania, lo que hizo el Gobierno fue aumentar la inversión en investigación».

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