Quienes entienden de arte pop callejero ("street art") sitúan el origen de esta expresión artística en Wynwood, una zona industrial en decadencia de Miami (EE.UU.), que ofrece unas "golosas" y "afamadas" paredes de las que muy pronto dará cuenta el artista español Salvador Gómez.

Enamorado de los esprais y las plantillas, pero alejado de "las sucias firmas" o "tags" que desgraciadamente ensucian paredes y muros, Salvador Gómez estará presente en la próxima edición de la feria internacional de arte contemporáneo Art Basel Miami Beach.

Esta cita, filial en Florida de la feria Art Basel, en Basilea (Suiza), se caracteriza por ofrecer dos espacios bien diferenciados: la majestuosidad del Miami Beach Convention Center, donde se da cita la alta alcurnia del arte, y un conjunto de naves industriales -la de Wynwood- que han sido tomadas por pequeñas galerías, zonas de ocio y espacios abiertos al arte cuyos muros sirven de lienzo.

Será en estos últimos donde Salvador Gómez -alicantino y grafitero con ética- expondrá su destreza con los aerosoles.

"Doce metros de pared para mí en la cuna del 'street art'. Ni en mis mejores sueños", afirma.

En una entrevista con Efe tras regresar de Estados Unidos para dar a conocer su obra, Salvador Gómez trabaja ahora en el diseño de su "gran creación".

Este último viaje a Norteamérica le ha abierto las puertas para estar en la feria Art Basel Miami Beach. "Contacté con un galerista, le enseñé mi obra y me dijo: ahí tienes 12 metros de pared. Cuento contigo", ha explicado con una sonrisa de oreja a oreja.

No contento con ello, Gómez también mostró su trabajo en Virginia, donde colgó dos retratos de 'pop art' en una galería que también ejerce de restaurante, y en Manhattan (Nueva York), cuyo Canal Street fue testigo de su trabajo.

Aunque la calle o el muro de una galería es su lienzo preferido, el trabajo de este alicantino también se caracteriza por haber logrado que el grafiti se cuele en las casas a través de retratos -su gran devoción- elaborados con claqueta de grafiti.

Lo curioso es que muchas de sus obras en la calle son también retratos perfilados con gotas limpias de aerosoles.

"La técnica callejera me permite hacer cosas nuevas y ofrecer un lenguaje nuevo a un arte, el del retrato", ha manifestado Gómez, algunos de cuyos trabajos se pueden ver en varios rincones de la ciudad de Alicante y por los que en alguna ocasión ha tenido que dar explicaciones a la Policía Local.

Sin embargo, ha asegurado no sentirse grafitero, aunque muestra su absoluto respeto por quienes trabajan con esta expresión artística. "Lo que odio son las 'tags'. Ensuciar no es arte", ha subrayado.

Hace ya algunos años mandó uno de sus conocidos enormes y coloridos retratos a un cliente "muy bien relacionado con el mundo del arte" en Nueva York, y meses después expuso su obra en la Mark Gallery, en New Jersey.