Crítica

El arte del «rubato»

Alfredo Brotons | valencia

En su parlamento de presentación, Yaron Traub señaló el carácter impresionista de tres de las cuatro composiciones que a continuación se iban a ofrecer. Implícitamente estaba reconociendo que el éxito de las versiones dependería en gran medida de su manejo del rubato, esto es, de la elasticidad de los tempi que impusiera desde el podio.

La opción en La valse fue por una lentitud extrema, combinada con un fraseo suave y una sonoridad aterciopelada en el mismo grado. Como la tensión de las sinuosas líneas melódicas se mantuvo en el lado de acá del borde de un abismo en el que sólo por milagro pero también sólo en el arranque de la segunda parte de la obra no se cayó. Aceptado el enfoque y dada por buena la intención, globalmente el resultado tuvo el innegable atractivo que siempre distingue a la originalidad cuando no va en perjuicio de la coherencia.

No por ajustarse más a lo esperado rebajó su nivel de interés la Iberia debussyana con que arrancó la segunda parte. Lo mantuvo por el contrario constante el detallismo en la destilación de las voluptuosas esencias evocadas, con sus momentos tanto de opulencia como de intimismo debidamente plasmados por una orquesta que volvió a dar respuesta pronta y precisa a los alternantes matices solicitados desde el podio.

El Poema del éxtasis, cima de la producción orquestal de Scriabin, recibió otra ejecución sumamente encomiable. Ni siquiera los silencios añadidos en los números 27, 31 y 34 de la partitura rompieron la progresión del discurso hasta la exultación máxima pero en absoluto descontrolada con que concluyó la velada.

En el recuerdo de esta queda un poco en tierra de nadie, al final de su primera parte, el Concierto para violín nº 1 de Karl Goldmark (1830-1915). Compuesto en lenguaje romántico de previsibilidad anodina no únicamente por comparación con el resto del programa, sirvió para poco más que el reconocimiento del admirable virtuosismo de un solista, el israelí Roi Shiloah (1970), al que mucho gustaría volver a oír cuanto antes en algún empeño de mayor enjundia.

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