Recordar a determinadas personas es, en ocasiones, tratar de que se haga justicia. Este es el caso que nos ocupa. La inmensa minoría está colmada de nombres olvidados pertenecientes a quienes quedaron relegados en un segundo plano arrollados por la historia. Uno de estos personajes que merece ser tenido en cuenta corresponde a Emilio Gascó Contell, conocido sobre todo por su vinculación a Vicente Blasco Ibáñez y a la empresa Sempere, hilos conductores de una biografía iniciada en la editorial y desarrollada con puntos suspensivos, pues el protagonista no llegó a jubilarse, dejando proyectos por llevar a cabo.

Una vida marcada por unos tiempos bélicos, sobre la plataforma de una guerra (in) civil y un segundo gran conflicto mundial, que conduce a Francia e incluso a Latinoamérica. Escritor en valenciano, castellano y francés, aunque fue el español el idioma que casi siempre utilizó a la hora de escribir, nuestro hombre cuenta con una bibliografía de tema descriptivo, de relato cotidiano, con referencia a coetáneos significativos, especialmente en el mundo de la literatura. Gascó Contell puede ser recordado por su relación con Blasco Ibáñez, pero tal visión reduce en exceso su personalidad, muchísimo más amplia, en donde cabe encontrar un primer plano de humanidad respetuosa y de amplitud de miras intelectuales.

Si ya desde muy joven manifestó su admiración por el escritor republicano, no dudó más tarde en cultivar su amistad con José María Pemán, el poeta monárquico, lo cual parece referirse a un equilibrio poco habitual.

Aquí la suerte llega de la mano de su esposa, Marinette Gascó Poy, y de su nieto, Emilio Gascó García, quienes han procurado y procuran que su nombre no quede en la sombra. Recientes son varias ediciones del Ayuntamiento de Valencia en las que cabe acercarse a este valenciano del Grao: Genio y figura de Vicente Blasco Ibáñez, agitador, aventurero y novelista (2012), 286 páginas, considerada la biografía de nuestro polifacético paisano. Cartas a Emilio Gascó Contell (2012), 164 páginas, edición al cuidado de Josep Carles Laínez. Análisis y reproducción facsímil de 23 cartas firmadas por el autor de La Barraca y una por su corresponsal. Obra escogida, 1947-1973 (2014), 481 páginas, en donde se incluyen, por este orden, París cuando yo era viejo (1973) Encuentros y despedidas (1966) Intérieur/interior (1947), francés/castellano, además de A Dalí, en catalán; A Machado, en español, y en valenciano, Al Mediterráneo, con el poema Mar endins€ cuya primera estrofa reza así: «Posem al cor una vela,/una vela triangular/i deixem-lo entre les ones/perquè puga navegar€/perquè puga navegar/valencians!» En sus dedicatorias gustaba rubricar con «una barquita de la playa».

Emilio Gascó Contell un miembro muy adecuado de la inmensa minoría.