Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Literatura

El anarquista valenciano que escribía novelas del oeste

Arsenio Olcina se inició como colaborador en la prensa durante la república y la guerra civil - Durante los años del franquismo publicó como A. Rolcest alrededor de 650 volúmenes

El anarquista valenciano que escribía novelas del oeste

Todos conocemos a Marcial Lafuente Estefanía o a Corín Tellado, pero A. Rolcest también fue popular durante décadas, al igual que otras firmas populares de los libritos semanales de Bruguera que deleitaron a generaciones. Sin embargo, ahora ha trascendido que tras el seudónimo de A. Rolcest se esconde la figura de Arsenio Olcina Esteve, un anarquista valenciano, que dio a la imprenta nada menos que unas 650 novelas.

De Olcina, poco se sabe y casi todo se limita a la república y la guerra civil. La escritora e investigadora Salomé Moltó apunta que el Diccionario anarquista traza su figura, señalando que participó en mítines y que se enroló en la Columna de hierro, siendo redactor de su órgano portavoz Línea de fuego. También escribió artículos en revistas anarquistas como Al margen, Fragua Social, Libre estudio o Umbral.

Antes ya publicado relatos en diarios valencianos a «una edad muy temprana», indica el director de la biblioteca y archivo municipales de Alcoi —localidad natal de Olcina—, Josep Lluís Santonja. De hecho, Olcina había nacido en octubre de 1909 y falleció en Valencia en noviembre de 1997; está enterrado en el cementerio general de la capital del Turia, donde todo apunta residió habitualmente tras la guerra. Finalizada la contienda, fue sometido a un consejo de guerra en Valencia, pero pudo acabar rehaciendo su vida y lo hizo con lo que mejor se le daba: la escritura. La propia enciclopedia citada recoge que como «muchos otros militantes libertarios» se ganó la vida escribiendo novelitas de temática popular, en este caso del oeste, que en su inmensa mayoría publicaría en Bruguera, pero también en algunos casos en la editora Valenciana.

Éxito bajo seudónimo

Una de las normas habituales de las editoriales durante la posguerra era que los escritores «populares» tenían que emplear un seudónimo. Utilizó las primeras letras de su nombre y apellidos para formar A. Rolcest, una «marca» que poco a poco se haría familiar en los kioscos y librerías, hasta el punto de ser uno de los autores más prolíficos.

Su producción alcanzó las 642 producciones, en su inmensa mayoría de temática del oeste (de notable impacto popular en la segunda mitad del siglo XX), pero también de espionaje y bélicas, en general con la Segunda Guerra Mundial de trasfondo. Sus publicaciones se extendieron entre 1950 y 1975, pero con la particularidad de que la primera La noche de Bright Garden era de temática de espionaje, aunque en general fueron del oeste. De hecho, se han computado 569 de far west, 56 policíacas y 17 de guerra. También registraría múltiples reediciones y, evidentemente, el mercado sudamericano llegó a nutrirse de este escritor. Eran novelas sencillas, sin aspavientos en la expresión, destinadas al gran público y que tuvieron gran aceptación. La presencia de personajes femeninos es simbólica, algo que cabe atribuir, en general, a evitarse problemas con la censura (como ha relatado en más de una ocasión Francisco Ibáñez, el creador de Mortadelo y Filemón).

A pesar de de todo, se trata de una figura literaria absolutamente olvidada y desconocida, hasta el punto que no figura en los repertorios bibliográficos de autores españoles del siglo XX.

Compartir el artículo

stats