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Cargos

Revolución en los museos de la diputación

Francisco Molina pasa a ser director del MuVIM mientras Gregori, que ocupaba el cargo, releva a Seguí al frente del de Etnologia

Cuarenta y ocho horas de infarto en el Área de Cultura de la Diputación de Valencia han acabado con una renovación en la cúpula de los museos provinciales. La chispa que mueve todos los cambios es la decisión del hasta ahora director del Museu d'Etnologia, Joan Seguí, de abandonar el cargo a la mayor brevedad posible, ya que se muda a Detroit (EE UU) por motivos familiares. La comunicación definitiva de esta situación se produjo el martes y, tras un movimiento de fichas de dominó, Personal recibía ayer la notificación de los cambios en el organigrama.

Seguí, que se acoge a una excedencia de dos años, será sustituido por el hasta ayer director del MuVIM, Joan Gregori. El puesto de este, a su vez, pasa a ser ocupado por Francisco Molina, funcionario de la diputación desde 1982 que ya fue subdirector del MuVIM durante la etapa de Román de la Calle y que en la actualidad era número 2 de Antonio Lis en la dirección de Gestión Museística de la corporación provincial.

El MuVIM es el museo de referencia de la diputación. De ahí que el movimiento en su cúpula es el más significativo. En especial, porque Gregori llevaba en la dirección desde 2012, a la que accedió después de que los gestores de Cultura de la institución que preside Alfonso Rus apartaran de ella, con bronca incluida, a Javier Varela, que estuvo año y medio en el puesto.

La diputada de Cultura, María Jesús Puchalt, hizo oficiales ayer los cambios y admitía la sorpresa porque no entraba en los planes de los responsables del área una remodelación de una estructura que venía funcionando con solvencia a poco más de dos meses de las elecciones autonómicas y municipales.

No obstante, en círculos culturales de la ciudad se interpretaba ayer que la circunstancia de la marcha de Seguí ha sido aprovechada para remover la dirección del MuVIM. Según estas fuentes, la confianza en Gregori se habría resquebrajado en los últimos meses, tras ciertas dificultades con algunos proyectos.

En todo caso, Gregori regresa a una casa donde ya estuvo (fue director del entonces llamado Museu de Prehistòria i de les Cultures de València) y de la que está muy próximo por su formación y trayectoria académica.

Por su parte, el regreso de Francisco Molina al MuVIM como máximo responsable supone, en cierta manera, un resarcimiento después de una salida en un contexto complicado.

Esta se produjo con la dimisión en 2010 como director de Román de la Calle, al ser censuradas algunas fotografías de contenido político valenciano de la exposición Fragments d'un any. De ahí, Molina pasó a Turismo Cultural y luego a Gestión Museística.

Uno de los factores que asimismo ha pesado en la cascada de cambios es la imposibilidad de contratar personal externo, de modo que las plazas sólo podían ser cubiertas por funcionarios de la Administración.

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