Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista | Emili Piera

"La producción literaria valenciana es mucho mejor que hace 20 años"

El escritor regresa a la novela con «L´any del devorador» (El Petit Editor), historia negra mediterránea con sexo, corrupción y políticos megalómanos

"La producción literaria valenciana es mucho mejor que hace 20 años"

Muchos años, más de diez, sin publicar novela. ¿Por qué?

Es verdad. Entre otras cosas, porque esta me ha costado mucho. No me acababa de convencer y la rehacía. Antes escribí el libro de viajes Camí d´estreles y un relato reflexivo, teórico y también de testimonio sobre el periodismo con el que estoy.

¿Por qué ahora una novela negra y criminal?

Fue adquiriendo esa forma, al principio no estaba clara. Sí quería unos elementos suaves de ciencia ficción (algo así como la actual tecnología pero un poco más avanzada) al estar ambientada en un país imaginario, que eso sí lo tenía claro desde el inicio.

Ese hecho sorprende. ¿Por qué no Valencia cuando ese país recuerda tanto?

Además de posibles enfados, lo que más me importaba es que el lector no pudiera pensar que todas las barbaridades que cuento son privativas de Valencia, porque la situación es similar en Murcia, Cataluña, Sicilia o Marsella. Quería que no se viera como una novela valenciana, sino más bien mediterránea.

Ayudar a eliminar la leyenda negra valenciana, vaya€

Exacto. Sobre todo por parte de los catalanoadictos, que son legión y bastante estúpidos, y creen que todo esto solo pasa en la Comunitat Valenciana y Cataluña es algo así como Noruega o Suecia.

No ha podido evitar algún cameo, como el de Rafael Blasco.

También aparecen referencias a catalanes, yo diría a lo más positivo, que es cuando promueven empresas. Se trataba de dejar claro que el espacio narrativo era muy próximo a Cataluña y la C. Valenciana. Si no, ¿por qué saben que existe un Rafael Blasco? Alguno dirá que es Mallorca, pero no.

¿Y ese ordenador que adapta y diluye el lenguaje de los periodistas está muy lejos?

Dicen que no. En EE UU han comenzado a aplicar programas que hacen crónicas, pero creo que la intención es conseguir empresas sin personal, porque emplear a alguien es la peste del siglo XXI. Problamente no llegue a aplicarse porque no hará falta visto lo mal que está el oficio. Si a alguno le dicen que ha de poner bien al PP, la patronal, Israel o lo que haga falta, el pobre dice que sí porque no tiene otra faena.

¿Presidentes megalómanos ha conocido muchos?

Prácticamente todos. Presidente y megalómano son casi sinónimos. Solo he conocido uno que no lo era excesivamente, Joan Lerma. Tenía otros defectos. Aznar debería estar en los estuidos de megalomanía política, porque el caso es delirante.

¿Podría escribir alguna cosa sin humor ni acidez?

No me sale. De adolescente, hacía poesía y me salía un aforismo destarifat y subversivo. Y al revés también, afortunadamente. Son dos usos extremos de la capacidad creativa. El humor parece lo más fácil, pero es mentira, y la poesía, lo más sublime, pero con frecuencia te endosan un rollo sin valor.

¿Ha cambiado más el país que la literatura durante los años de creación de la novela?

El País Valenciano está en muchos aspectos peor que hace 15 años, porque se ha destruido mucha estructura productiva, pero, por otra parte, hay elementos muy al día, como algunas comunicaciones, el turismo y la gastronomía, puntales que funcionan a las mil maravillas. Lo que ha mejorado claramente es el derecho de preparación de la gente y, en ese campo, la producción literaria en valenciano y castellano es incomparablemente mejor que la de hace 15 o 20 años.

¿Tendemos a no verlo por una visión reductora del pasado que nos hace recordar solo lo bueno?

Por esa visión y por una actitud cautelar y provinciana de no permitir que otros destaquen. Por ejemplo, El retorn de l´Hongarès, de Anna Moner, es una novela magnífica y conviene decirlo, porque si alguien despunta en tu gremio no reduce tus posibilidades. Al contrario, más posibilidades tiene el autor modesto de abandonar el aislamiento.

Compartir el artículo

stats