«Escribo de noche y suelo acostarme muy tarde, así que cuando me han llamado para comunicármelo estaba durmiendo. Y cuando me lo han dicho, después, ¡ni me acordaba ya de que me presenté al premio!». Antonio Gómez Rufo hace una pausa en los ensayos de su nueva obra de teatro, en Madrid, para atender por teléfono a Levante-EMV. El motivo no es otro que el galardón que la Institució Alfons el Magnànim (IAM), de la Diputación de Valencia, le concedió ayer en la modalidad de novela negra, por Nunca te fíes de un policía que suda. Junto a él, el jurado de los premios Valencia reconoció a Vicente Marco en narrativa en castellano por Mi otra madre y a Vicent Usó, autor de Les veus i la boira, en la categoría de narrativa en valenciano.
En el caso de Gómez Rufo, pese a que se trata de un escritor madrileño, él mismo deja patente su estrecha vinculación con la ciudad que ayer le premió. «Valencia es mi segunda casa; paso mucho tiempo en el barrio de la Malvarrosa, esta misma novela la empecé allí». Esta última afirmación no responde a una circunstancia caprichosa, sino a una calculada rutina de creación. «Siempre empiezo mis novelas en la Malvarrosa y las acabo corrigiendo allí, el resto lo hago en Madrid», confiesa el escritor.
Su nexo con la ciudad le llega también por un ilustre intermediario, Luis García Berlanga. El director contactó con él tras romper el vínculo con Azcona y Gómez Rufo participaría en el guion de París-Tombuctú, así como en la serie para televisión de Blasco Ibáñez. Pero no solo contribuía a sus libretos, sino que el novelista se convirtió en biógrafo: «Empecé a escribir sobre Berlanga en los noventa y la obra se ha ido actualizando, siete u ocho veces». De hecho, anuncia, pronto verá la luz la versión definitiva de la obra, que incluirá la última parte de la vida y la muerte del director.
El jurado de la IAM reconoció la novela de Gómez Rufo por su sólida estructura, «una adecuación lingüística estupenda y unos personajes que tienen tres dimensiones». La trama, que se dispara tras el asesinato de una mujer en Madrid, no es más que el hilo conductor de lo que, en palabras del autor, «es más un trabajo sociológico» sobre la España prebélica en la que se desarrolla. Pero esta no es la primera vez que el novelista explora las posibilidades del género negro. Hace apenas cuatro años publicó La abadía de los crímenes, un relato histórico que arranca con una serie de asesinatos en un convento de clausura. Quizás les suene el investigador protagonista: el rey Jaume I.
Marco (Valencia, 1966) ofrece en Mi otra madre una mirada a problemas de la sociedad moderna a través de la relación de una madre con su hijo adolescente. Les veus i la boira, de Vicent Usó (Vila-real, 1963), narra secretos y dramas ambientados en las islas Columbretes y, secundariamente, en Teruel, durante y después de la Guerra Civil.
