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Entrevista | George Pehlivanian

"La música es la manera que tenemos los armenios de expresar el dolor"

El director vuelve a ponerse hoy al frente de la Orquesta de Valencia con piezas de Chaikovski o Berlioz

Pehlivanian, dirigiendo a la Orquesta de Valencia en 2004.

Viene de participar en un concierto en Bruselas para recordar el genocidio. ¿Cree que los ciudadanos de origen armenio deben poner de su parte para sacar del olvido aquella tragedia?

Queremos que se sepa lo que ocurrió. Armenia tenía dos millones de personas y con la masacre murieron millón y medio. Nunca ha sido un genocidio reconocido oficialmente por el Gobierno turco y queremos que tenga un reconocimiento oficial como lo tiene el Holocausto por parte el pueblo alemán. El concierto en Bruselas fue impresionante.

¿Es el conflicto más olvidado de Europa en el siglo XX?

Para empezar, «conflicto» se da cuando hay dos partes en guerra. Aquí no fue así. Una parte masacró y mató a la otra sin más explicación. Sacaron a los hombres y a los jóvenes y los mataron. Después llevaron a los ancianos, mujeres y niños a campos de concentración, pero la mayoría no sobrevivieron ni al camino. No es un conflicto; es una matanza.

¿Qué le contaba su familia en su infancia en Beirut del genocidio armenio?

Yo estoy aquí porque mis abuelos forman parte del 25 % de supervivientes que pudo huir. Pero en nuestro pueblo de origen tengo más de 80 personas asesinadas en mi familia. A todos los armenios nos ocurre lo mismo, nuestras historias familiares están llenas de víctimas.

¿La música puede ayudar a superar algo tan trágico?

La música es un lenguaje internacional, pero no creo que haya una solución musical a este tema. Podemos reunir a turcos y a armenios en música, como hace Barenboim con su orquesta de judíos y palestinos, pero ¿cambia eso la situación política? Creo que no. Aunque es importante este trabajo con los jóvenes, que son el futuro.

Ara Malikian, Kachatrian... Hay un buen número de músicos de origen armenio. ¿Hay alguna explicación?

Creo que la persecución a nuestro pueblo fue tan agresiva y hemos vivido tanto tiempo en constante persecución que tenemos muchas emociones por expresar al mundo, y de ahí sale nuestro talento. La música es nuestra manera de expresar el dolor. Somos como el pueblo judío, personas que han sufrido mucho y de donde han salido numerosos artistas.

¿Hay alguna relación entre la tragedia armenia y el conflicto en Oriente Próximo?

El Holocausto es una copia de lo que se hizo con el pueblo armenio en la I Guerra Mundial, la exterminación sistemática, con campos de concentración incluidos. Fue un modelo para exterminar después a los judíos. El conflicto tiene similitudes por el factor religioso. Los armenios somos un pueblo cristiano aislado, rodeado de otras religiones. Los judíos también se distinguen por su fuerte convicción religiosa. Esto ha generado mucho conflicto a lo largo de la Historia.

La Orquesta de Valencia interpreta por primera vez la obertura «El Corsario» de Berlioz y será bajo su batuta. ¿Cómo la ha encontrado?

Estoy encantado de que la Orquesta de Valencia cuente conmigo para esta obertura. La orquesta suena fantásticamente y sus vientos son de los mejores del mundo. Ha cambiado muchísimo desde la última vez que la dirigí, en 2004. Tiene un sonido mucho más brillante, renovado, y creo que es porque hay muchos más músicos jóvenes. Es un placer.

¿Ser discípulo de Lorin Maazel, bien conocido en Valencia, marca algún sello especial?

Sí, Lorin Maazel fue mi primer mentor, además de amigo. Él es el quien me aconsejó que cambiara el violín por la dirección y el tiempo le ha dado la razón.

Creo que tiene una especial relación con Joaquín Rodrigo a través de la ONE. ¿Por qué ese especial interés por el compositor valenciano?

En los Ángeles conocí a Andrés Segovia. Tras escuchar el estreno del Concierto de Aranjuez comenzó mi interés por Rodrigo. En 1996, cuando empecé a colaborar con la Orquesta Nacional de España, hicimos la primera grabación de obras de Rodrigo, después de 25 años sin grabar por la Orquesta. Tuve la suerte más tarde de visitarlo en Sagunt. Fue una velada muy amena, él tocó el piano.

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