¿Qué camino es el que conduce hasta el título mundial de coctelería acrobática?
Cada año se hace un torneo en cada comunidad española. De ahí se clasifican dos bármanes que van a la final nacional. El ganador de esa final representa a España en el campeonato del mundo. El año pasado se celebró en Ciudad del Cabo (Sudáfrica)y allí competí con gente de 64 países. Llegar allí ya era un sueño, ser el primero fue increíble. España nunca había conseguido algo así.
Participó en representación de la Comunitat Valenciana, pero su acento le delata. ¿Cuanto tiempo lleva aquí?
Soy chileno, vine hace cinco años a Elx. Desde entonces me presento al torneo de la Asociación de Bármanes de España representando a la Comunitat Valenciana.
¿Trabaja en algún local?
No. Para mí el trabajo es entrenar de cara a las competiciones. Tengo que entrenar ocho horas al día, comer bien, descansar... Es como un deporte: si quieres competir a alto nivel debes entregarte por completo. Si trabajas en algún sitio eso te resta tiempo para entrenar. Lo que hago es participar en eventos y entrenar lo máximo posible. Con la temporada de verano asisto a más eventos y entreno un poco menos.
¿Y eso le da para vivir?
Claro que sí. Además contento y feliz porque hago lo que me gusta y me pagan por ello. Me da las ganas necesarias para seguir.
¿Cuál es su cóctel preferido?
Soy de los que piensa que hay un cóctel para cada momento, para cada situación. En los torneos te dicen qué debes utilizar o qué marcas hay que usar y de acuerdo a eso haces tu cóctel. A mí me gusta de todo, pero lo cierto es que no bebo mucho. Más que nada porque el hecho de tener que entrenar me obliga a mantenerme despejado. Puedo beber una copa de vino o un cóctel, pero no mucho más porque hay que estar al cien por cien.
¿Cómo es el cliente español cuando se acerca a la barra?
Pesado (se ríe). Hoy en día los clientes españoles saben lo que piden. En el tema del gin tonic los cocteleros han evolucionado mucho. En todo el mundo España es referencia sobre cómo se preparan. En otros sitios no se le da tanta importancia y aquí se le saca su máxima expresión. También es gracias a los bármanes, que siempre quieren mejorarlo, lo aromatizan, lo decoran. España ha aprendido qué es un gin tonic y poco a poco se van conociendo otras cosas. También influyen las modas. Antes, por ejemplo, se bebía más güisqui.
¿Cuál es el nivel de nuestra coctelería?
La gastronomía, la cocina española, está muy evolucionada y la coctelería crece de su mano. Hace poco estuve visitando unos locales de Londres equipados con unas barras que disponían de los últimos avances. Allí cada cóctel tiene su variedad, su presentación... En España se avanza ahora hacia eso.
