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Crítica musical

Queridos noruegos

Solistas de Trondheim

palau de la música (valencia)

Obras de Nielsen, Mozart, Schnittke y Chaikovski.

ntes venían más, pero el recuerdo de las buenas actuaciones que en Valencia han ofrecido siempre los músicos escandinavos en general y noruegos en particular sigue fresco. En su regreso, los diecisiete instrumentistas de cuerdas (5-4-4-3-1) de los Solistas de Trondheim han confirmado con creces unas expectativas ya de por sí muy justificadamente elevadas.

En la Pequeña suite, op. 1 de Nielsen asombraron la sonoridad plena de todas las secciones y del conjunto, la máxima tensión interpretativa de que se dotaba a todos los matices, la sensación de estar oyendo a un cuarteto excelente con las respectivas potencias multiplicadas por cuatro o cinco. Del Divertimento K. 138 de Mozart mantuvieron constantemente en vilo los corazones primero, en el Allegro, la combinación de la tirantez extrema en los violines primeros, la nerviosa urgencia de los segundos y el pulso palpitante del resto; en el Andante, la suspensión en el éter de las líneas melódicas; en el Presto, el contraste entre la pujanza rítmica sin merma de la claridad diáfana y detalles como la sutileza de la reducción a piano pianissimo de la última indicación piano.

Los ahora trece músicos de pie, las luces que se apagan, y comienza el Moz-art à la Haydn de Schnittke con sus citas de los dos clásicos en un poliestilismo que sólo en versiones tan eficaces en la creación de la ilusión de espontaneidad se antoja posible que mantenga la capacidad de sorprender que tuvo en el momento de su nacimiento hace ya casi cuarenta años.

Finalmente, otra interpretación igual o aún más memorable, esta vez del Recuerdo de Florencia de Chaikovski. Los dos movimientos extremos repitieron aproximadamente virtudes que ya en la primera habían causado admiración. En el Adagio ésta se vio superada, especialmente con las estremecedoras oleadas de trémolos unísono en su sección central, mientras que en la del Allegro moderato fue la volatilidad del discurso la que nuevamente resultó absolutamente cautivadora.

Queridos noruegos, vuelvan pronto. Aquí la música de cámara agoniza a manos de nuestros programadores. Les necesitamos.

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