«Estamos muy mal acostumbrados a pensar que el fotoperiodismo es una imagen o dos en un medio, en una página o en un golpe en las redes sociales, cuando un fotoperiodista puede llegar a pasar cien días en zona de conflicto haciendo un trabajo en profundidad. Este festival esta creado para eso, para contar las historias al completo». Tania Castro, directora del PhotON, no evita una leve reprimenda al público cuando presenta la quinta edición del festival. Y no es un reproche caprichoso, sino que casi se desprende la filosofía del certamen que es también una declaración de intenciones sobre la defensa del fotoperiodismo y de su matriz, el oficio de periodista. No en vano, Castro iniciaba ayer su rueda de prensa lamentando que «desde 2009 el número de parados ha aumentado entre los periodistas un 30 %; cifra que asciende al 67 % en la Comunitat Valenciana».

Y en medio de este paisaje PhotOn no solo pervive sino que se expande: dos espacios de exposición en La Nau, una sala en el IVAM y más allá, hasta el Mercat Central, el Espai d´Art Fotogràfic y la librería Railovski, última incorporación. Por estos escenarios pasarán desde hoy y hasta el próximo domingo autores de imágenes icónicas como Xaume Olleros y su fotografía durante la revolución de los paraguas de Hong Kong, convertida en portada para la revista Time. Esa misma foto se puede contemplar junto a otras que ilustran las mismas revueltas en el claustro de La Nau, con un tamaño elefantiásico y colgadas de andamios metálicos.

El propio Olleros pasará por el ciclo de conferencias del festival, como lo harán Jürgen Schadeberg, quien capturó la mirada de Mandela a través de las rejas de su celda; o José Palazón, último premio Ortega y Gasset por apresar en una imagen todo el cinismo de este planeta: unos inmigrantes subidos a la valla de Melilla, divisados a través de un campo de golf.

Pende de un hilo la visita al certamen de uno de los autores más esperados, como Daniel Berehulak, último premio Pulitzer por su trabajo sobre el ébola „expuesto hasta el 24 de mayo en el IVAM„, enviado esta semana por el New York Times a cubrir las consecuencias del terremoto en Nepal. Ante su posible ausencia, el festival ha cerrado la visita de Javier Bauluz, uno de los primeros Pulitzer españoles y fundador de Periodismo Humano.

«Solo trabajamos con el fotoperiodismo y el documentalismo. Es algo muy específico y nuestra forma de diferenciarnos», apunta Castro sobre las señas de identidad de un festival que, por otro lado, ha crecido al margen de las instituciones públicas. «Apostamos desde el inicio por que las ayudas fueran absolutamente privadas para que no nos pasara lo que sucedió en Fragments, la censura de alguna institución pública», señala la directora. Así, sin obstáculos, PhotOn trata de traspasar la frontera de la imagen de impacto para tejer un relato sobre el oficio del fotoperiodista y, más que eso, sobre nuestros días. «No solo somos un festival, sino periodistas que intentamos acercaros un poco la realidad», proclama Castro. Quien quiera una dosis de esa realidad puede acercarse a las exposiciones, que trascenderán las fechas del propio festival.