El Festival de Cannes inauguró ayer su 68 edición con una película francesa de «superhéroes» muy alejados de los cánones de Hollywood: hombres y mujeres corrientes que dedican sus vidas a que adolescentes conflictivos no se escurran por los sumideros de la sociedad.

La realizadora Emmanuelle Bercot se ha convertido en la segunda mujer que dirige la cinta inaugural del certamen, lo que no impidió que «La Tête Haute» fuese acogida con tibieza. La presencia de Catherine Deneuve, en un papel de jueza de menores, inyectó las primeras dosis de «glamour» al festival.

Francés —hay cinco trabajos en competición— y dirigido por una mujer, el filme también sirve a los organizadores para ofrecer un retrato del ambiente en que se movieron los hermanos Kouachi y Ahmed Coulibaly, autores de los atentados yihadistas de enero en París.

La directora explicó que la película no está ligada a los atentados, ya que estos se cometieron después del rodaje, pero admitió que puede servir para arrojar luz sobre los márgenes del sistema. «La película habla de la educación, que es fundamental, y de que en los casos de familias que no la pueden dar, la sociedad debe hacerlo», explicó.

Los hermanos Joel y Ethan Coen y el mexicano Guillermo del Toro fueron ayer, por otra parte, los que llevaron la voz cantante del jurado. Los Coen, presidentes del jurado, explicaron que ver películas como jurado no es lo mismo, ya que no solo hay que opinar sino defender un trabajo u otro frente a los otros miembros del grupo. «No somos críticos de cine, estamos aquí para llegar a un consenso», precisó Joel. Por primera vez, dos personas presiden el jurado, los Coen, unos habituales del certamen.

Será un «máster intensivo de cine» para Rossy de Palma, miembro también del jrado, que explicó exclamando «ahhhhhhhh» la forma en que recibió el ofrecimiento de formar parte del jurado. efe cannes