El mural que Josep Renau realizó en el cuarto de baño del palacio de Santángel de Valencia ha pasado todo tipo de vicisitudes. La primera, el propio desconocimiento y el olvido, porque no se sabía de su existencia hasta que la reveló en 2008 Manuel García, estudioso de la obra de Renau. Por entonces, parte del edificio —en el número 27 de la calle Caballeros— había sido reconvertido en un restaurante italiano a tono con el gusto decó del inmueble de principios del siglo XX y el baño se había integrado en el local. Siete años después, el establecimiento ha cerrado, la empresa propietaria del edificio —en venta— ha pasado un concurso de acreedores y el mural continúa sin ser restaurado. Lo bueno del caso es que sobrevive, pese a las reformas de la casa en sus casi cien años de historia.

El Consell Valencià de Cultura (CVC) intervino hace unos meses para conocer la situación de las pinturas y ver posibilidades de actuación, como la extracción de la pieza, considerada técnicamente asumible. La exdirectora del IVAM Consuelo Ciscar capitaneó una visita con un restaurador y en la comisión de las Artes del órgano de consulta, presidida por el escultor Vicente Ferrero, llegó a tratarse la posibilidad de trasladar el mural a la sede del CVC.

Sin embargo, los informes de la Conselleria de Educación y Cultura han descartado la extracción. La razón es que tanto el edificio como la pintura cuentan con protección arquitectónica, aseguran fuentes del departamento de la avenida de Campanar. No es viable la retirada, dicen, pero la Generalitat «vigilará para que esté en buen estado».

El CVC aprobará —si no hay sorpresa— el próximo lunes un informe en la misma línea. El documento, que está preparado desdesde hace semanas pero no entró en el orden del día del último pleno, invita a las autoridades a instar a la propiedad del inmueble a atender y recuperar el mural, sobre el que no se actúa desde su identificación en 2008.

Realizado en los años 30

El palacete se construyó entre 1917 y 1922. Fue un encargo del empresario agrícola Luis Cuñat Sorní —con terrenos en la Ribera y la Vall d'Albaida— al maestro de obras Ricardo Cerdá. Sin embargo, las pinturas de Renau son posteriores, de la primera reforma del edificio, a principios de los años 30, según la investigación de Manuel García, que las relaciona con otras de la época del autor.

Por entonces, el joven Renau (Valencia, 1907 - Berlín, 1982) compaginaba trabajos más personales con otros de encargo, más comerciales, como es el caso del realizado para el baño del edificio de la calle Caballeros. El aseo, asegura García en su estudio, estaba concebido «casi como una pieza de museo, con elementos decorativos y ornamentales de todo tipo».

Además de artista, Renau fue un destacado miembro del Partido Comunista durante la II República y la Guerra Civil. Es conocido por ser el director general de Bellas Artes que encargó el Guernica a Picasso y por el plan de traslaso de las obras del Museo del Prado a Valencia y luego a Suiza.

Como creador, cuenta con el reconocimiento internacional por su faceta de cartelista y muralista. Las mejores obras sobre paredes las realizó durante su exilio en México y, más tarde, en Alemania. En Valencia no queda prácticamente rastro de esta labor como muralista.

De ahí, la relevancia de la pieza del palacete de Santángel, pese a tratarse de un trabajo de juventud y realizado por encargo.