«Aprendiendo a mirar lo invisible». El mensaje „un tanto zen, sí„ cerró ayer el vídeo de presentación del proyecto de festival de teatro, danza y circo que las compañías valencianas (las agrupadas en su patronal Avetid, al menos) pretenden que sea realidad en la ciudad en la primera quincena de junio de 2016.

Que la escena sueña con un festival tras la desaparición en 2011 de València Escena Oberta (VEO) „proyecto del Ayuntamiento de Valencia„ no es novedad. Avetid planteó su idea hace un año a las distintas instituciones públicas. Gustó, pero hasta ahí. Oficialmente, ayuntamiento, diputación y Generalitat no se pusieron de acuerdo. La realidad es que cuando se habló de dinero (400.000 euros era el presupuesto inicial) se evidenció el estado de las arcas públicas y que esa cantidad debería restarse de otras partidas actuales.

El proyecto se reorientó entonces, con la ayuda de la Universitat de València, para abrirlo a otros ámbitos sociales y empresariales, como hoteles y restauración, algunos de cuyos representantes ensalzaron ayer la iniciativa.

El equipo del profesor Manuel Cuadrado organizó en marzo unas jornadas para conocer otros festivales de España y Europa, y analizar cómo era recibido el proyecto. Levante-EMV publicó ya entonces la voluntad de Avetid de ir adelante con su proyecto.

Este dio ayer un paso más, con la presentación de las conclusiones del encuentro citado y la exhibición de las primeras líneas del anhelado certamen, aún en estado virginal pero que se sueña ahora «a lo grande». Y con más presupuesto, por tanto.

Sí que está claro que las compañías quieren un «subidón cultural» dentro de un año „la expresión es de la presidenta de Avetid, Mª Ángeles Fayos„ y que cuentan con el respaldo de las fuerzas políticas llamadas a gobernar entonces. Carmen Amoraga (PSPV) y Consol Castillo (Compromís) manifestaron ayer la voluntad de «facilitar» y apoyar el festival, aunque para hablar de cantidades será necesario comprobar primero cómo están la caja del ayuntamiento y la de la Conselleria de Cultura.

Se sabe también que el certamen aún sin nombre „se creará un concurso para elegirlo, igual que el logotipo„ será de gestión privada, con un director/gerente estable y un patronato que tendrá la decisión sobre la programación. La estructura de esta sería algún reclamo internacional potente, varios montajes de otras autonomías y una mayoría de producciones valencianas nuevas. Teatro, danza y circo serán los ejes centrales, sin cerrar la puerta a otras manifestaciones artísticas.

El modelo más próximo a lo que se busca sería el Festival Temporada Alta de Girona. Se trata de implicar al mayor número de salas públicas y privadas con una programación importante que entronque con la línea de cada uno, de lo alternativo a lo comercial : Inestable, Ultramar, Micalet, Olympia, Principal, Rialto, Flumen o Talia son salas con las que se cuenta. El certamen tendrá, por tanto, un carácter «ecléctico», admiten sus impulsores. La difusa seña de identidad será la mediterraneidad. El festival hoy aún es un sueño, pero ya no es invisible.