¿El «coaching» funciona en el ámbito familiar como en el deporte o la empresa?
El coaching en sí es ayudar a la persona a sacar la mejor versión de sí misma, todos tenemos las capacidades, falta desarrollar los recursos. El coaching son relaciones, liderazgo de equipo, con los hijos...
Pero los hijos son un material sensible...
Hay que ser consciente del impacto que creas en tus hijos. Vamos muy rápidos por la vida pero ser padre es una decisión y hay que ser muy consciente de cómo se es padre o madre. No existe un padre ideal, todos lo hacemos bien si estás a gusto con lo que estás haciendo. Y crees en tu hijo.
Para saber ver, por ejemplo, una bailarina donde los demás ven una niña inquieta que no atiende en clase. La historia real de Gillian Lynne, famosa coreógrafa.
Esa historia me inspiró. En lugar de poner el foco en lo que falta hay que ponerlo en lo que hay. Algunos niños serán tímidos, no pasa nada, tendrán otra habilidad, hay que hallarla y ese niño podrá volar. El sistema educativo está cambiando, ya se trabaja en las inteligencias múltiples.En Finlandia adaptan el sistema educativo a la esencia de cada niño. Pero sobre todo en los primeros años los referentes, los que influyen emocionalmente en el niño, son los padres.
No hay recetas pero sí herramientas: escuchar, ponerse a la altura del niño o «aparcar» los móviles.
No hay recetas mágicas ni un manual, cuanto más y mejor conozcas a tu hijo más recursos tendrás. Hay que ponerse a su nivel o no se abrirá, hacerle preguntas en vez de dar instrucciones u órdenes. Solemos no escuchar, no estar presentes. Por eso recomiendo dejar los móviles a la entrada al llegar a casa.
¿Se sobreprotege en exceso?
Hay que tener cuidado, podemos generar niños paralizados. Hay que mantener un equilibrio. Guiar, no dirigir. Con límites, eso sí, debe haberlos.
¿Es fácil o difícil ser padres?
No sé la respuesta. Puede que sea difícil, y es agotador, pero es tan chulo que si uno es consciente de quién es y quién es su hijo se hace fácil. Lo importante es disfrutar el presente y saborearlo. Yo creo que la mirada debe ser de agradecimiento, es una suerte tener niños maravillosos.
¿Dice que el objetivo es educar simplemente niños felices?
Me da igual lo que sean, si lo han elegido ellos serán felices. El equilibrio interior no lo da el dinero ni lo material. No hay padres perfectos ni niños perfectos, pero de padres felices, hijos felices.
