La escena valenciana anda revuelta estos días ante unos movimientos políticos que recuerdan la máxima gatopardiana de que hace falta que todo cambie para que todo siga igual. Al menos, en cuanto a nombres. Una parte del mundo valenciano del teatro „la más combativa públicamente durante los últimos años„ se declara «preocupada» por la elección de la nueva concejala de Acción Cultural del Ayuntamiento de Valencia, Maria Oliver (València en Comú), de Ximo Flores como su asesor.
La citada delegación es la que tiene ahora las competencias sobre teatro, dentro del área, más extensa, de Cultura, que depende de Glòria Tello (Compromís).
La irrupción de Flores „miembro del Consejo Ciudadano de Podemos en Valencia„ en la política municipal de teatros inquieta a este sector de la escena por su reiterada colaboración durante los últimos años con Teatres de la Generalitat (ahora subdirección de teatro y danza de CulturArts).
Rey Lear, Hamlet (retrato de familia), Casa de muñecas o la dramaturgia del ballet Don Quijote „montaje que abre el día 23 la nueva edicion de Sagunt a Escena„ son algunos de los trabajos que el director valenciano ha realizado para el organismo de la Generalitat que ha encabezado Inmaculada Gil Lázaro durante la última década.
Flores presentará también en el Teatro Romano el día 19 de agosto Sísifo, proletario de los dioses, la última producción de su compañía, Teatro de los Manantiales „la sala de vanguardia que regentó hasta su cierre en 2009„, realizada en colaboración con CulturArts.
Flores se defendió ayer ante las suspicacias que genera su cargo, que debe ser refrendado por la junta de gobierno municipal. «Soy un profesional y trabajo donde me llaman. Algunos de quienes critican trabajan más que yo», dijo a Levante-EMV, al tiempo que rechazó que colaborar con Teatres «suponga tener algo que ver con la gestión del PP de los teatros públicos». El director, uno de los fundadores de Podemos en Valencia, aseguró que el partido pretende «un cambio en las formas hegemónicas de la cultura y eso preocupa a más de uno».
Mientras tanto, CC OO denunció ayer que Gil Lázaro no ha acreditado la titulación suficiente „mínimo de diplomatura„ para la plaza de coordinadora del Centre Coreogràfic que ha pasado a ocupar tras renunciar a la subdirección de teatro y danza.
Fuentes de CulturArts explicaron ayer que el asunto está en estudio, porque se trata de un título de los año 70 y hay que verificar a qué se homologa hoy. Según el sindicato, solo justificó estudios hasta sexto de danza clásica, algo que equivaldría a un bachillerato, aunque la entidad cultural espera a que el conservatorio dictamine.
