Compite en audiencia con Juego de Tronos, congrega en el recinto más gente que algún estadios de primera división y el poblado de tiendas de campaña montado en Feria Valencia podría colar como versión distópica „bajo techo, ni una estrella„ de cualquier festival de música y playa. De hecho, el Dreamhack es un macrofestival digital, «el más grande del mundo», presumen en la organización. Ayer se inauguró la sexta edición de este certamen en Valencia „en Suecia se lleva haciendo desde tiempos del Spectrum„ y, a juzgar por el aspecto de uno de sus pabellones, es sin duda el heredero de la Campus Party que ocupaba la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

«Solo que aquí nos centramos en jugar», remarcan los responsables del festival. Para ello han montado una zona LAN donde tres mil muchachos, mayoritariamente veinteañeros, enchufarán su máquina hasta mañana para quemarse las pestañas. Pura energía lúdica circulando sin restricciones de tiempo. La ausencia de ventanas al exterior convierten al reloj y el instinto de supervivencia del participante en las únicas señales de que la tierra no se ha detenido.

En Dreamhack hay mucho público, muchos bytes y mucho dinero. Participantes unos treinta mil esperan los organizadores, un 20% más que el año pasado; por lo que respecta al dinero, unos 200.000 euros que se repartirán entre los ganadores de las competiciones que dominan el panorama: StarCraft II, Counter Strike, HearthStone y League of Legends. La mayoría del montante está dedicado a quienes se impongan en el Counter „el apellido Strike es solo para ocasiones solemnes„, el clásico que propone la batalla entre terroristas y antiterroristas y que se encargó de inflar, él solo, la burbuja de los cybercafés en la primera década del milenio.

A Valencia han acudido los ocho mejores equipos de esta especialidad de todo el globo, cuentan desde Dreamhack, conformando una especie de élite a la que los jugadores no profesionales se acercan como estrellas del rock´and´roll. «Simplemente por decir que han jugado con ellos», apuntan, «porque aquí los profesionales se sacan un sueldo».

El recinto también incluye una zona donde se reúnen las grandes marcas de tecnología, que salpimentan de prestigio al festival en el que, sin embargo, las fuerzas se derraman por los pulgares. Porque los grandes escenarios para los videojugadores se encuentran en el espacio de los conocidos como eSports, deportes tecnológicos. Ojo, porque ayer, en la inauguración, decía a Efe el director del certamen en Valencia, Arturo Castelló, que por expectación ya «se han convertido en el nuevo fútbol».