Dos de los actores participantes en la exitosa Ocho apellidos vascos, Alberto López y Alfonso Sánchez, presentaron ayer en el Olympia el montaje Patente de corso, basado en textos de Arturo Pérez Reverte, recopilados por los propios actores y Ana Graciani. La patente de corso era la que ciertos reyes españoles otorgaban a los propietarios de navíos para que pudieran abordar como piratas a otras naves, pero pareciendo soldados. Algo que todavía hoy día parece estar vigente de alguna manera, según esta obra.

Alfonso Sánchez, que también ejerce como director del espectáculo, explicó que «cuando se nos ocurrió a Alberto y a mí realizar una función escrita por Arturo Pérez Reverte recibimos un no rotundo de Arturo. Él no era comediógrafo y se negaba en absoluto a escribir para la escena. Entonces pensamos en entresacar de los cuatro libros publicados algunos de sus artículos y hacer un montaje con ellos. Pérez Reverte aceptó pero pidiendo que nunca se ocultara su sentido del humor». Alberto López dijo que se han realizado una selección de textos «en los que se ríe, se llora o se reflexiona. Son casi una hora y cuarenta minutos de texto seguido, pero ameno y agresivo. Se tocan temas de actualidad, hilvanados por una trama argumental, pero los diálogos son muy variados. Hemos escogido entre 1.200 artículos de Pérez Reverte y a él le pareció perfecto. Es una alusión graciosa al hijoputismo existente hoy en día», aseguró. «Nos cedió gratuitamente la patente y quedó impresionado en el estreno, al que acudió con su familia», manifestó Sánchez.