La salida del hasta ahora administrador del IVAM, Joan Llinares, es inmediata. Como ayer adelantó Levante-EMV, el responsable de la gestión del museo ha aceptado una oferta de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para incorporarse a su equipo como responsable de servicios jurídicos, auditoría y transparencia.
Tanto Llinares como el director del museo, José Miguel G. Cortés, han dedicado los últimos días a encontrar un posible sustituto. Esperan tenerlo la próxima semana.
El principal obstáculo es que el elegido ha de ser un funcionario. Cortés ya ha experimentado lo que supone nombrar a directivos externos. La Generalitat los rechaza después, al aplicar el decreto que impide aumentar la nómina de empleados públicos. Sucedió con dos de los subdirectores que designó en septiembre de 2014, plazas para las que el museo ha tenido que realizar meses después una convocatoria pública.
Por eso, la búsqueda se centra ahora en un técnico superior de cualquier administración pública, con mucha experiencia y buen conocedor del funcionamiento administrativo y económico de las instituciones públicas. Un perfil que «no abunda», reconocen en el entorno de Cortés.
El IVAM precisó ayer que el director comunicó el pasado jueves al jefe del gabinete del conseller de Educación y Cultura, Vicent Marzà, la salida del subdirector general de administración. El museo tranquilizó sobre la situación en que queda la gestión, ya que, tras nueves meses de trabajo, «en estos momentos se ha conseguido normalizar la situación para que el IVAM mire al futuro».
Llinares regresa a Barcelona cuando la Fiscalía Anticorrupción tiene en marcha una investigación contra la exdirectora, Consuelo Ciscar, abierta tras un informe de la Intervención de la Generalitat que alertaba de posibles sobrecostes.
