Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cargo

Cultura ultima un vuelco en San Pío V

Estudia destituir a la actual directora del museo, Paz Olmos, y nombrar una dirección provisional mientras convoca un concurso de méritos - La pinacoteca vive un proceso de descomposición por falta de inversiones, enfrentamientos y pérdida de técnicos

Cultura ultima un vuelco en San Pío V

El nuevo equipo de la Conselleria de Educación y Cultura está decidido a que el Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V marque el inicio de la nueva etapa cultural. El departamento de Vicent Marzà tiene avanzado un proyecto para relevar a la actual directora de la pinacoteca, la cuestionada Paz Olmos, y sustituirla de forma provisional, mientras convoca un concurso de méritos para elegir un director estable. Oficialmente, se refiere a un «plan estratégico de gestión».

Según ha podido saber Levante-EMV, la decisión sobre el relevo de Olmos no se va a retrasar: es cuestión de horas o días. La principal dificultad es encontrar un funcionario que asuma el cargo de manera temporal. No se descarta una fórmula de gobierno colegiada.

El museo experimenta un proceso de deterioro continuado y la conselleria, responsable de su gestión -la titularidad del centro de arte es del Ministerio de Educación y Cultura-, entiende que no es viable prorrogar por unos meses más la situación actual.

Los episodios que evidencian los problemas enquistados en el museo se han sucedido en los últimos días. El último ha sido la constatación del mal estado del sistema de climatización, debido a la falta de inversiones en un equipamiento obsoleto. La consecuencia es que los indicadores de humedad en el interior del edificio son demasiado altos en las últimas semanas, sin que la maquinaria tenga capacidad de respuesta.

Este fenómeno, que es bueno para los retablos, ha producido en cambio algunas incidencias en grandes lienzos. Algunas telas han perdido tensión y se han detectado ligeros abombamientos. Lo reconoce la conselleria, que habla de «daños». En todo caso, «no graves», precisa. No lo suficiente para que en la última reunión semanal de profesionales del museo sobre el estado de las obras se alertara sobre el problema. Sí lo bastante para que el departamento de la avenida de Campanar se ponga a ejecutar decisiones.

La situación es efecto de la política del museo en los últimos años. El San Pío V, con poco más de 300.000 euros anuales para gastar, y que sí ha invertido en exposiciones temporales (no grandes cifras, porque maneja obra propia), ha ido dejando el mantenimiento en un lugar secundario.

Una prueba es que el contrato con la empresa de mantenimiento está sin renovar desde hace un año. La firma opera de manera transitoria, sin un contrato estable, en una circunstancia económica anómala.

Todo lo que envuelve al museo es fruto también de un ambiente de guerra interna, con buena parte del personal enfrentado a la directora, una abogada y funcionaria próxima a Francisco Camps que accedió al puesto con una adscripción provisional en tiempos de la consellera Trini Miró y que se ha ido quedando sin apoyos. Ni siquiera en el equipo de la anterior titular de Cultura. María José Català confesaba en privado poco antes de dejar el despacho de Campanar que le había quedado pendiente el concurso para designar nueva dirección en el Museo de Bellas Artes.

Todo ello ha ido paralizando la gestión diaria. La pinacoteca sobrevive a día de hoy casi sin técnicos. Unos se han jubilado, otros han optado por buscar nuevas ocupaciones. En la actualidad no cuenta con casi conservadores, solo con un técnico (historiador) en arte valenciano y con una restauradora. La directora optó por no convocar nuevas plazas ante el fin de legislatura.

Mientras la actividad se centra en las obras de reforma de la V fase -un proyecto demorado y realizado finalmente en una versión reducida-, que no se han librado de críticas tampoco de historiadores y expertos que ahora vuelven a poner el foco sobre la pinacoteca, esta no cuenta con un proyecto museográfico para el día después.

La normativa actual, que ya creó conflictos en la época de Fernando Benito, limita el concurso para la selección de un nuevo director a empleados de administraciones públicas, lo que restringe el abanico de candidatos.

Compartir el artículo

stats