Una «discusión» de «niños de colegio» y una «vergüenza». Los calificativos los puso Glòria Marcos —y otros miembros del Consell Valencià de Cultura (CVC) asintieron— después de largos minutos de roce entre los consejeros Sole Giménez y Ximo Tebar a cuenta de un informe sobre la música tradicional valenciana.

Los dos eran los encargados de prepararlo, pero el jazzista se adelantó y llevó su parte, extensa y en forma de informe, a la comisión, que lo aprobó como tal para elevarlo al pleno. Por si quedaban dudas, Tebar puso su nombre al inicio del documento, práctica no habitual en la casa.

La cantante protestó ayer, porque se había excluido su parte, relativa a los contenidos de una posible asignatura o grado sobre música tradicional valenciana, al no llegar a tiempo el día que la comisión preveía estudiar el informe.

Se sugirió incluirlo en el futuro como adenda y firmar el informe los dos, pero Tebar rechazó la idea. Y ante el enconamiento de las diferencias, Marcos puso la calificación al desencuentro. «Artistas», deslizó Grisolía como resumen, escucharon algunos consejeros.

Horas después, Sole señalaba a este diario que habían pecado posiblemente de inexpertos.

Lo importante del documento, cuyo contenido pasó desapercibido, es que reclama programación estable de música tradicional valenciana en Les Arts y el Palau de la Música. También alerta de la situación precaria de la Fonoteca de Materials de CulturArts.

El CVC, por otra parte, está sin fondos ahora, a la espera de recibir en agosto la aportación de la Generalitat —Grisolía se reunió ayer por la tarde con Ximo Puig—. Con todo, no cree que reciba en 2015 más de 800.000 euros, frente a los 1,4 millones presupuestados.