A pocos sorprende escuchar a estas alturas un nuevo capítulo sobre el deterioro de museos y otros bienes culturales en la ciudad de Valencia. En concreto, las memorias del Museo Nacional de Bellas Artes San Pío V de Valencia están llenas de negligencias y, tanto el nuevo equipo de la Conselleria de Educación, Cultura y Deportes, como expertos en patrimonio, coinciden en que parte de este abandono viene debido a la falta de financiación del Ministerio.

El San Pío V, segunda pinacoteca de España, ha sido uno de los protagonistas de este verano y un quebradero de cabeza para la nueva Conselleria, que se ha encontrado con todo un panorama por resolver. El último episodio, el robo nocturno de varias piezas valoradas en 1.200 euros sustraídas del propio museo sin que saltara ningún tipo de alarma, donde las obras dejaron las tres cámaras de seguridad desconectadas.

Antes del saqueo, había visto cómo lienzos de Van Dyck o de Joaquín Sorolla se deterioraban debido a las altas temperaturas del mes de julio por culpa de una avería en la climatización. Tampoco se ha librado de las críticas de expertos en historia del arte y de amantes del patrimonio, que han denunciado en varias ocasiones la restauración de la fachada de la pinacoteca, remarcando la eliminación de las puntas de diamante y el cambio en la tonalidad. «Valencia arrastra desde hace muchos años un profundo abandono y su personal directivo ha mostrado un comportamiento negligente a la hora de mantener un adecuado y eficiente mantenimiento en sus instalaciones», asegura Antonio Marín, historiador y expresidente de Cercle Obert. «El ayuntamiento de Valencia y la Generalitat deben exigir al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes una mayor inversión en la red de museos y espacios culturales de titularidad estatal», apunta.

Abandono y falta de recursos es con lo que también ha convivido el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí. A día de hoy existen obras ocultas en sus sótanos esperando una prometida ampliación, escrita en los planos desde 1998 y parada desde 2007. Junto con el San Pío V, son los dos museos de Valencia que tienen titularidad estatal. «Ha habido una política de inversiones y de mejora de las instituciones por parte del Ministerio muy reducida y discriminatoria respecto a lo que se invierte en cultura en otras comunidades autónomas», apunta Albert Girona, secretario autonómico de Cultura. Tanto en el Museo de Cerámica como en el San Pío V se ha pedido «en repetidas ocasiones» más dinero debido a las «grandes necesidades de inversión». De hecho reclamaron «doblar el dinero que se ofrecía».

Sobre esto, según Girona, existe por parte del Ministerio «una voluntad de mejorar la pinacoteca», pero también añade que este proceso «ha sido muy lento». Una de las muestras de esa voluntad es la futura visita de Jose María Lassalle, secretario de Estado de Cultura, quien aseguró a Girona que recorrería las instalaciones del San Pío V próximamente para debatir «sobre el futuro del museo para que continúe siendo la segunda pinacoteca de España».

Cambiar el rumbo de estos museos se ha convertido en «un reto» para el Consell. Entre las propuestas destaca ocupar el edificio la Trinidad para ampliar y conectar el museo de Bellas Artes, hacer un parque de esculturas al aire libre en el jardín del Turia y acabar con la «discriminación». «Hemos estado muy discriminados en materia cultural», lamenta Girona.