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Espectáculo

"Hemos estado en los cinco continentes, pero no nos llamaban de nuestro pueblo"

Jesús Salvador «Chapi», uno de los percusionistas valencianos más reconocidos, presentará esta noche con su grupo Amores la opereta «El mal vino» en Rafelbunyol, su hogar - Es la primera vez que le contrata el ayuntamiento de su pueblo

El grupo Amores, con Pau Ballester, Ángel García y Jesús Salvador, Chapi (a la derecha). vfv producciones

«Será que somos así, que nadie es profeta en su tierra o yo qué sé». Eso pensaba Jesús Salvador, «Chapi», cuando enumeraba países por los que había transitado con el resto del grupo Amores mientras en el lugar donde nació era considerado un elemento extraño. No entre los vecinos, no, tampoco precipitemos la historia al drama: «sí que había colaborado con la banda de música», reconoce él mismo. El eslabón absurdo de la relación de Chapi con su pueblo es que, tratándose de un percusionista que ha girado con el grupo por medio mundo „mitad del globo que incluye al resto de esta península„, nunca recibió la llamada del ayuntamiento para actuar ante su gente.

«Me sorprendió mucho, con Amores hemos estado en todos los continentes. Ahora nos vamos a Croacia. Pero aquí no nos llamaban. Eso me dolía un poco», admite el músico. Hace no mucho llegó ese timbrazo conciliador. El nuevo equipo de gobierno, liderado por el socialista Fran López, buscaba alternativas para culminar el fin de semana festivo en el municipio y a alguien se le ocurrió aprovechar la ocasión para echar el lazo a Chapi.

«Estos días hay disfraces, cenas populares, noches de rock... La nuestra es una propuesta diferente, vamos a hacer una ópera. Eso sí, más ligera, de bolsillo», reflexiona el hijo pródigo, entre ensayo y ensayo. Lo cierto es que lo que ocurrirá esta noche en Rafelbunyol no es solo de un acto simbólico de reconciliación. También es una apuesta del ayuntamiento por un espectáculo poco habitual para las noches de verbena. El mal vino, la ópera que escribió Paco Zarzoso pero que le salió de las entrañas a Chapi, „«no me atrevía a hacer algo como Mozart o Verdi»„, es una tragicomedia que habla de los desahucios. «La obra parte de la noticia de una mujer que se quemó delante del banco en Alcora porque la desahuciaron; así que se reflexiona de los años que han pasado, en los que también ha habido un cierto desahucio cultural», disecciona el percusionista.

Dos sopranos con experiencia en zarzuelas como María Maciá y Luca Espinosa se subirán esta noche a las tablas junto a Miquel Gil, a quien un día Chapi le arrancó una carcajada cuando le dijo que le escribiría una ópera. El trío Amores, con e propio Chapi junto a Ángel García y Pau Ballester, pondrán la música a la función, cuyo título, por cierto es un juego de palabras de doble filo: el mal vino produce resacas terribles; aunque también se puede leer como «vino el mal», en alusión a los años de crudeza económica.

La actuación de Chapi en casa, puesta junto a la de otros como Pau Alabajos en el Teatre de Sagunt, escenifica la recuperación de espacios públicos cercados hasta ahora a un grupo de artistas valencianos. «La voluntad que se respira parece otra», advierte el músico. Eso sí, ahora que le dejarán evangelizar entre sus vecinos, no puede ocultar cierto cosquilleo, una inquietud temblorosa: «Un poco de miedo sí tengo. Me han dicho que va a estar lleno y hombre, lo del miedo es normal, no tengo la receta para triunfar».

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