No hay barreras en la ciudad para la tercera edición de la Mostra Viva. El festival se inaugurará un jueves en el Palau de la Música y después derramará sus programación por otros espacios públicos de la ciudad, al margen de los lugares donde ya había echado raíces, como el Centre Octubre, el Jardí Botànic y La Nau de la Universitat, resultado en parte del apoyo de la Universitat de València. Apuntan desde la asociación que se reavivó el certamen que desde el cambio electoral han encontrado «más receptivos» a los responsables públicos, aliados que en esta edición han colaborado con infraestructuras. En el caso del ayuntamiento, con él se cuenta para, a partir de la siguiente edición, consolidar «un proyecto más ambicioso».

De momento, la nueva Mostra Viva ocupará rincones de la ciudad que le eran ajenos. En la presentación ya se apuntó que la diputación y la conselleria de Cultura colaborarían cediendo el MuVIM y el IVAM. En el primero de los recinto, el certamen instalará los talleres de cine para escolares y familias dentro del aula de cine, además de ocupar la sala alta con el ciclo de narraciones orales de la sección dedicada a la escena, y la terraza para algunas de las tertulias. Por otra parte, del IVAM se utilizará el salón de actos.

Falta el tercer canal abierto en la colaboración entre el festival y las instituciones. Por lo que respecta a la ayuda del consistorio, dos son los espacios desbloqueados en esta nueva etapa. Uno será el Palau de la Música, el cual, como se apuntaba líneas atrás, será utilizado para la inauguración del certamen, en una gala el mismo 17 de octubre. El otro es La Rambleta. En este recinto, público aunque de explotación privada, no está previsto que se realice ninguna de las actividades en los días del certamen, pero se ha llegado a un acuerdo con gestores y ayuntamiento para la cesión de una de las aulas a la organización en las semnas previas. Allí se cierran las últimas costuras de una programación que tendrá como norte magnético la figura de Ovidi Montllor y que volverá a repartirse en las áreas que han ido alimentando el festival estos tres años: cine, escena, poesía, música y gastronomía.