El Premio Nacional de Cinematografía Fernando Trueba aclaraba ayer que su intención al agradecer el galardón fue evitar «una charla conflictiva ni provocadora». El realizador madrileño se vio envuelto en una polémica después de decir en el discurso que «nunca había tenido un sentimiento nacional», como hombre partidario de suprimir las fronteras, y que no se había sentido español «ni cinco minutos de su vida». «Hay tantas cosas en el cine por hacer, tanto que reivindicar, que pensé que mejor que hacer una charla reivindicativa, que siempre estoy igual, me dije que mejor no, que mejor que se rieran un ratillo», explicaba Trueba. «Es curiosa la vida, pasa lo mismo con las películas; uno quiere hacer una comedia y le sale un drama», remataba el cineasta.

Festival de San Sebastián

Dos películas sobre mujeres de diferente edad y condición pero con una potencia excepcional en común. La vasca Amama, de Asier Altuna, y la argentina Eva no duerme, de Pablo Agüero, competían ayer en la sección oficial del Festival de San Sebastián. La primera se nutre de las propias experiencias del director en el caserío familiar y de los poemas de Kirmen Uribe; voces llenas de silencios que explican más cuanto más callan, apunta el director, cómodo en su «narrativa silenciosa». La segunda habla de recuperar la memoria y la dignidad de un cuerpo embalsamado, pero insepulto durante 25 años. En Eva no duerme, el papel de embalsamador lo asume Imanol Arias, que ayer estuvo en el festival.