Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pepe de Lucía

"A Sinatra le pedía dinero para gastarlo en las maquinitas"

Pepe de Lucía homenajeó ayer en el festival Raíces del Mediterráneo a su hermano Paco, a quien acompañó en sus inicios - «Su vacío nos deja sin conocer el techo que alcanzan los genios», afirma

"A Sinatra le pedía dinero para gastarlo en las maquinitas"

Pepe de Lucía ha pasado media vida junto a figuras tan abrasivas que arrasan la huella de quienes les rodean. De esas estrellas tan brillantes que te dejan a la sombra. Él, en cambio, emite una chispa estoica a la posteridad. «Yo quiero que me recuerden como el Pepe, y ya está. Tú pregúntale a cualquiera cómo canta el Pepe y que te cuente», apunta, orgulloso, el cantaor y productor de Algeciras, poseedor de un Grammy Latino. Pepe de Lucía le compuso a Camarón algunos de sus mejores temas, pero sobre todo le regaló Como el agua, himno que reprodujo hasta Pink Floyd y de cuya trascendencia se resta mérito: «Es que Camarón cantaba Quinto levanta y ya alucinabas».

Este es uno de los titanes con quien compartió juventud. El otro es el que levantó la saga de los De Lucía, su hermano Paco, a quien le rendía homenaje ayer en el teatro Martín i Soler de Les Arts, dentro del festival Raíces del Mediterráneo, organizado por Berklee. «El vacío que deja Paco De Lucía es que nos quedamos sin conocer el techo que alcanzan los genios», sentencia la mañana antes del concierto, cuando confiesa «un trancazo» que puede afectarle a la voz. Pero resuelve: «Yo tengo mis herramientas para cantar: el estómago, el corazón y el alma». Porque el flamenco, y aquí va su declaración de principios, tiene más que ver con el instinto que con una fórmula: «Puedes salir al escenario y hacer matemáticas, pegar tres gritos muy buenos y quedar estupendamente. Pero no, aquí hay que jugársela». Jugársela debe de ser también explorar las fronteras del flamenco hasta borrarlas con los dedos; el único secreto que desveló Paco de Lucía para explicar su genio. Lo hizo en el documental que dejó como legado antes de su muerte, La búsqueda, donde se viaja a la génesis de la última cumbre del flamenco. En la formación de Paco de Lucía aparece Pepe, quien un día abrió el camino a su hermano.

„Mira esta foto „señala mostrando su móvil„: marca la historia de Pepe de Lucía. Estoy con la mujer que me acogió en Madrid, cuando yo tenía 15 años. De ahí dí el salto a América con José Greco, que me llevó al show de Ed Sullivan en Nueva York. Luego, en la gira, pedía todos los días que trajeran a mi hermano, porque yo solo me cagaba de miedo. Y allí es donde Paco cogió impulso.

Imaginen a dos muchachos de Algeciras de una familia en la que el padre dormía dos horas diarias para poder alimentar a los cinco vástagos, descubriendo el lado salvaje de la Gran Manzana. «Yo me iba a ver todas las noches a James Brown; las prostitutas eran las que me colaban en el local, porque era menor», rememora. «A mí me gustaban las maquinitas y el dulce, y a Sinatra le pedía dinero para las maquinitas», cierra con un reflejo pícaro en la sonrisa.

El resto es historia: Paco levantó una nueva religión, sobre todo tras la colisión con Camarón, llevando el flamenco a terrenos inimaginables. Claro que durante años fue repudiado por la ortodoxia flamenca, que censuró la renovación de un arte tan acomodado en la tradición, tratando de evitar la máxima que se aplica Pepe De Lucía: «Que el engranaje no pare nunca».

„¿Sabes que Paco estaba preparando un disco de flamenco tradicional?„cuenta Pepe.

„¿Para los puristas?

„Le pregunté: «Paco, ¿lo estás grabando con mala leche?». Y me dijo: «Sí, con mala leche».

Compartir el artículo

stats