­­¿Por qué Valencia necesita (o no) un salón del cómic?

Lo necesita, porque somos un gran número de amantes y autores cansados de ir a los salones de los demás. Precisamos un sitio de reunión, charlas e intercambio. Vamos: necesitamos un salón, no cabríamos en el recibidor.

Siempre se habla de la tradición de dibujantes y del potencial actual. ¿Por qué entonces nunca se ha celebrado?

Desgraciadamente tendría que recurrir al meninfotisme valenciano o a que no sabemos organizarnos. En este último intento, por lo visto, no ha habido la suficiente contratación de stands.

¿Cree los valencianos son conscientes de esa tradición?

Dificilmente encontraríamos un valenciano mayor que no hubiera oido hablar de Editorial Valenciana y su Jaimito, Pumby, El guerrero del Antifaz o Roberto Alcázar y Pedrín. Más tarde, nombres como Mique Beltrán, Daniel Torres, Sento Llobell o Paco Roca son reconocidos incluso por los no lectores de cómic.

Si hay consciencia colectiva e intención de entidades privadas. ¿Qué falta para que cuaje?

Es que además de la ayuda institucional, necesitaría el apoyo de esa sociedad. Tenemos que saber cómo se mueve nuestra sociedad. Me conformaría con una pequeña parte del entusiasmo con el que se vuelcan con algunos ídolos musicales o del deporte.

¿Vivimos de espaldas a nuestros creadores?

Nos cuesta reconocer, admirar, creer o potenciar lo nuestro. Como anécdota te diré que en la única ocasión que publiqué a nivel nacional vendí más en el País Vasco que aquí.

Apuntaba a que falta atención por parte de las instituciones.

Generalmente, la política siempre tuvo cierto recelo de la cultura. Nunca ha estado entre sus prioridades. Esperemos que cambien las cosas.

¿El cómic ha vivido orillado dentro de la cultura?

La palabra tebeo llevaba esa connotación. Hoy en día aún es difícil evitarla.