Los disfraces, talleres, concursos de cosplay (tipo de moda representativa de una idea o personaje), los videojuegos y los libros de temática japonesa regresan este fin de semana a Feria Valencia, en la decimosexta edición del Salón del Manga. Este certamen que en dos días consigue acumular entre 10.000 y 15.000 personas y que visita dos veces al año Valencia, se siente muy cómodo en la ciudad. «Estamos muy contentos con el público valenciano. Es muy fiel y divertido», apunta Maite Franco, una de las responsables de la organización. Con esta puesta en escena, el manga demuestra una gran capacidad de atracción de público y de marcas que contrasta con los intentos del cómic por conseguir un Salón en Valencia. «Nosotros apoyaríamos cualquier tipo de iniciativa porque es cultura y nos influye a todos. Pero el manga es diferente, el público es arrollador, más juvenil, mientras que el consumidor de cómic es más maduro y tranquilo», distingue Maite Franco.

El objetivo de este evento es juntar a la gente que tiene una misma afición: el cómic japonés y todo lo que engloba a su cultura. Entre las novedades, este año destaca la versión extendida en valenciano de Bola de Drac Z: La Batalla dels Dèus, que devuelve a la vida este doblaje 20 años después de que Canal 9 emitiera la serie, y que se comercializará a partir del día 24, y que se pudo ver ayer, en exclusiva, en el Salón.

La feria también cuenta con la asistencia de Masashi Kudo, destacado profesional del mundo del anime y que visita por primera vez en España mañana. Del mismo modo, los amantes de los videojuegos podrán disfrutar de Super Mario Maker, una «última moda» que permite a los usuarios crear sus propios escenarios y compartirlos con sus amigos, han explicado los organizadores.

El certamen ofrece asimismo un desfile de kimonos, el visionado de artes marciales y un concurso de cosplay (de costume play) para adultos y niños, así como un concurso de dance, karaoke y un especial juego de mesa Trivial que recoge preguntas sobre la cultura manga y japonesa, entre otros.

Al igual que en la pasada edición, los asistentes dispondrán de cambiadores con espejos «para ponerse trajes complicados», y la posibilidad de arreglarlos, en caso de que sufran algún desperfecto, en «un taller de reparación cosplay».