Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Grupo musical

Cómo crear a la mejor banda pop del año en veinte días

El grupo Gener, triunfador en los Ovidi, nació después del primer disco, grabado totalmente por su líder - "Queremos tocar en Madrid; es necesario para normalizar la lengua"

Cómo crear a la mejor banda pop del año en veinte días Foto: Fernando Bustamante

«No se trata de ser el referente espiritual ni chorradas de esas, sino de dirigir los ensayos, de que cada uno sepa su papel». Así entiende la figura de líder Carles Chiner, en torno a quien se ordena toda la galaxia de Gener, premio Ovidi al mejor disco pop -El temps del llop (Mesdemil)- y a la mejor letra del año -Contrallum. Todo lo que ha ocurrido en Gener parte de Chiner, cuyo apellido apenas necesita una leve mutación para abarcarlo en todo. «Llevaba dos años en el paro y decidí centrar todas mis energías en la música», recuerda.

El proceso que sigue parece el habitual en la génesis de un grupo, salvo porque está todo al revés. El primer movimiento lógico sería buscar compañeros de viaje, sobre todo si, como en el caso de Chiner, uno está empeñado en montarse una banda. Él lo entendió de otra manera. Paso 1: campaña de financiación para grabar un disco. Paso 2: grabar el disco, El temps del llop, como hombre orquesta. Paso 3: ¿Quién quiere unirse a mi banda? Al que más a mano tenía Chiner era a Pascual, bajista con quien había tocado en dos bandas anteriores. Tampoco andaba lejos Enric, batería de Tórtel al que fue enviando demos durante el proceso de grabación. Con César, multiinstrumentalista, tenía un amigo en común; le contactó porque buscaba «un músico que tocara de todo». Vicent Sanguinelli, teclista y percusionista, se fue introduciendo él mismo cuando compartían estudio de grabación. «A medida que han ido pasando los meses cada uno ha ido aportando lo suyo, aunque las canciones suenan como Carles las concibió», reconoce este último. «A mí me gusta que haya un líder», remata el batería, entregando todo signo de democracia interna.

«Sí que se toman las decisiones entre todos y, además, yo tengo ganas del segundo disco, de que sea algo más orgánico con ellos», precisa el alma máter, quien aprendió de su incursión en el teatro (él es guionista) que conviene un director que reparta roles. Explica „con otras palabras„ que si este disco ha sido un ejercicio de onanismo musical lo que desea ahora es que entren el resto de componentes en la cama.

Desde que se publicó El temps del llop, hace poco más de un año, han realizado unos treinta conciertos, casi sin ensayos entre bolos. Se debe en parte a que todos los integrantes tienen otros trabajos y también a la disciplina militar que se impuso en los veinte primeros días de creación del grupo, «donde surgió todo como un flechazo», para conseguir sonar como la banda que imaginó Giner.

Un año después han descollado en el ecosistema musical en valenciano, donde se sienten una nueva especie. «Queremos que la gente reciba una serie de afectos que habitualmente no le llega por los canales de la música en valenciano», concreta Giner. Vienen a ser otra extremidad en una industria en la que, dicen, falta «que las instituciones se crean que es una industria. Lo que han hecho hasta ahora es llevar grupos en valenciano para cubrir una cuota. No haces un favor contratando, tienes que hacer que las cosas lleguen al público». Por su parte, el siguiente paso es saltar la cerca: «Queremos tocar en Madrid», advierte Chiner. «Para normalizar la lengua hay que sacarla a otros sitios», sella Vicent.

Compartir el artículo

stats