Plácido Domingo volvió a demostrar ayer su capacidad de convocatoria. Estrenó Macbeth de Verdi, que a su vez era el inicio de la décima temporada del Palau de les Arts, y llenó el coliseo de un público diverso: bastantes rostros orientales y diferentes idiomas se podían oír en los pasillos.

En la representación de ayer era el retorno del cantante español a la ópera después de la intervención a la que tuvo que ser sometido el pasado mes de octubre en Nueva York. Plácido Domingo, cerca de cumplir los 75 años, se mostró ágil y con buena capacidad de movimiento en el escenario. El ahora varítono se ha preparado cuidadosamente para este regreso. Los últimos días ha estado prácticamente encerrado cuidando su voz y su cuerpo.

Pese a hacer el estreno de la temporada (antes ha habido no obstante una pretemporada) la representación de las instituciones fue escasa. Sólo se vio al secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, y algún otro cargo de otras conselleries.

La escenografía que filma Peter Stein, destaca por su limpieza y sobriedad. Casi conceptual subraya la potencia de los cuadros de grupo en los que el Cor Generalitat volvió a demostrar su fuerza vocal. «Piedad, respeto y amor» canta Domingo al final de la representación. Bien lo merece.