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Entrevista

"Berlanga tendría material de sobra en el sinfín de tropelías de esta España"

El actor Guillermo Montesinos, que participa en unas jornadas sobre el director, Welles y la burocracia, cree que la frivolidad amenaza el cine español

"Berlanga tendría material de sobra en el sinfín de tropelías de esta España"

La vaquilla, Todos a la cárcel y París Tombuctú es la trinidad berlanguiana de Guillermo Montesinos, actor al que se suele situar en la casilla de los «secundarios de lujo del cine español». Lleva en Madrid desde 1970, aquellos años de dictadura agónica en que no había más remedio para un joven de Castelló que quería ser artista que irse a la capital. Está «encantado» de volver a donde nunca ha terminado de irse cada vez que le reclaman. Como ayer, cuando puso unas gotas de experiencia y color a unas jornadas que la Cátedra Luis García Berlanga del CEU-Cardenal Herrera organiza sobre el cineasta valenciano, Orson Welles y la burocracia tomando como eje una película de cada uno (Plácido y El proceso).

«Lo mío es sobre Berlanga y mi experiencia», explica siempre con la sonrisa puesta Montesinos unas horas antes del púlpito.

Al taxista más famoso de lós filmes de Almodóvar le parece que Berlanga iría sobrado de temas en la actualidad: «¿Dónde pondría la mirada hoy? Por favor, hay muchísimo. En cualquier hecho de los muchos que hemos vivido, porque desafortunadamente el país ha tenido un sinfín de tropelías, robos y una corrupción bestial que casi se ha instaurado como costumbre».

Claro que el material de campo no basta, hay que tener talento para escribir la historia y para realizarla. Por eso, Montesinos abre el foco y reconoce el trabajo de los colaboradores de Berlanga, como el guionista Rafael Azcona y el productor Alfredo Matas. A él, lo que más le atrae del director valenciano es «el desparpajo y la claridad sin tapujos con que muestra la sociedad española, siempre con un toque de humor» que hace más digerible lo que cuenta.

El actor, que tiene sus dudas sobre si el autor de Bienvenido, Mister Marshall está reconocido como merece, lamenta que uno de sus sueños, Ciudad de la Luz, esté cerrado y con el futuro en el aire. «Un gran logro „resume„ que se ha estropeado por la mala gestión o por lo que sea. Unos estudios que son de lo mejor de Europa y que deben existir».

Guillermo (Willy, en la profesión) cuenta más de 50 películas en su biografía. La mayoría en los años 80, algunas en los setenta y otras cuantas en los noventa, dice. Pero «a partir del año 2000 el cine español se ha olvidado un poco de mí. Será cuestión de que se ha perdido el buen gusto», bromea.

Montesinos (Castelló, 1948) celebra los últimos taquillazos del cine español, aunque dinero nunca fue sinónimo de calidad. Echa en falta «grandes guiones, interpretaciones y temas más interesantes. No llegan a ser películas redondas como las de otras épocas». El problema es que «todo se ha frivolizado, llevado con el ritmo de las televisiones y el marketing».

Pero es subjetivo, precisa el actor, que acaba de rodar un western y cuyo último trabajo en Valencia fue en l'Alqueria blanca, durante dos años. Además de disertar sobre Berlanga, hoy (19.00) presenta en Railowsky el libro de memorias que le encargó Aisge.

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