Las ausencias dejan siempre un un hueco en blanco en la página. El de Josep Lluís Sirera, fallecido el pasado martes a los 61 años, se encargará de rellenarlo su hermano Rodolf, a quien el catedrático cosió su carrera teatral como un siamés. La obra que quedó pendiente, cuenta el hermano, es la tercera parte de la trilogía dramatúrgica que ambos dedicaron a la Segunda Guerra Mundial, tras las que ya habían escrito sobre teatro valenciano del siglo XIX y a la Guerra Civil. «La teníamos pensada y habíamos recopilado todo el material, pero aún quedaba trabajo por hacer», cuenta Rodolf, y apunta que seguirá la línea que trazó junto a su hermano para culminar tantas horas dedicadas a la investigación sobre la escena. En este caso, pese a que la obra no tiene título ni argumento, sí que está el paisaje: será sobre el teatro en la Dinamarca ocupada.

Josep Lluís dejó una segunda obra, esta vez sí, finalizada. También la elaboraron juntos los dos hermanos, con motivo del 25 aniversario de Assaig, el grupo de teatro de la Universitat. París, anys 60 se estrenará la noche de Sant Joan en La Nau y tiene elementos de musical. «La música la ha escrito Pep Llopis y está centrada en un grupo universitario que viaja a un concurso de teatro clásico en París, en medio de un clima de agitación política», explica Rodolf.

El teatro dentro del teatro y el compromiso político catalizan esta su última obra, reflejando el espíritu del autor desaparecido. Antes, el próximo miércoles, Assaig representará El dia que Bertolt Brecht va morir a Finlandia también en La Nau, en una función que tomará un inesperado cariz de tributo al autor.