El Museu do Amanhã (Museo del Mañana) de Río de Janeiro abre sus puertas al público el próximo sábado 19 de diciembre, tras la ceremonia institucional que tendrá lugar hoy, en la que participará, entre otras autoridades, la Presidenta de Brasil Dilma Rousseff. Este Museo nace con el objetivo de mostrar los posibles escenarios futuros que se le presentan al planeta a través de una narrativa que trata de responder a cinco cuestiones centrales: ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Dónde Estamos? ¿Dónde vamos? Y ¿Cómo queremos vivir juntos los próximos cincuenta años?

El edificio del museo, diseñado por el arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava, está inspirado en la cultura carioca y en la relación tan especial que existe entre la ciudad y su entorno natural. Su estructura arquitectónica incorpora elementos de eficiencia energética que le permiten operar con el uso de fuentes de energía naturales.

Situado en el muelle Mauá, este es uno de los proyectos sobre los que la ciudad de Río ha trazado el proyecto Puerto Maravilla, a través del cual se ha llevado a cabo un proceso de recuperación del área portuaria, una zona de cinco millones de metros cuadrados, a la que se está dotando de nuevas infraestructuras urbanas. La remodelación y la instalación de nuevas dotaciones culturales en la zona, como el museo, han permitido su integración con el centro de la ciudad y han convertido a esta área urbana, en el pasado una zona degradada, en uno de los barrios de mayor atractivo de la ciudad.

"La ciudad de Río está dando un ejemplo al mundo de cómo recuperar calidad urbanística a través de intervenciones drásticas y de la creación de dotaciones culturales como el Museo del Mañana o el nuevo Museo de Arte. Esta visión fue la que nos llevó, en nuestros primeros diseños, a proponer la incorporación de una plaza frente al museo para mostrar un espacio urbano cohesionado y que reflejara esa transformación que se estaba emprendiendo", explica Santiago Calatrava.

El Museo del Mañana es un proyecto conjunto de la Ciudad de Río de Janeiro y la Fundación Roberto Marinho, que cuenta con el patrocinio del Banco de Santander y BG Brasil. El proyecto tiene el apoyo del Gobierno del Estado de Brasil, a través de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, y del Gobierno Federal, a través de la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep).

El museo cuenta con 5.000 m2 de espacio expositivo temporal y permanente, que junto con las áreas complementarias, suman un total de aproximadamente 15.000 m2 de superficie que se extiende longitudinalmente por el muelle en el que se ubica. Esta característica disposición del edificio, así como de la cubierta, que avanza en grandes voladizos -75 metros de longitud en dirección a la plaza y 45 metros en la parte que mira al mar- enfatiza su extensión desde el muelle hacia la bahía. La planta superior, destinada a la exposición permanente, cuenta con un espectacular techo de 10 metros de altura que permite ofrecer vistas panorámicas a la bahía de Guanabara. La altura total del edificio, limitada a 18 metros, protege la vista desde la bahía del Monasterio de Sao Bento, edificio declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

"La idea es que el edificio fuera lo más etéreo posible, casi flotando sobre el mar, como un barco, un pájaro o una planta. Debido a la naturaleza cambiante de las exposiciones, hemos introducido una estructura arquetípica en el interior del edificio, lo que lleva a una sencillez de entendimiento que permite la versatilidad funcional del museo que también puede albergar congresos o desarrollar actividades de investigación", apunta Santiago Calatrava. Pero más allá de una metáfora o una idea arquitectónica, el edificio "es el resultado de un diálogo muy consistente, para que el edificio se alíe con la intención de ser un museo para el futuro, como una unidad educativa", añade el arquitecto.

Edificio sostenible

El edificio ha sido diseñado con criterios sostenibles y opera mediante el uso de fuentes de energía naturales, lo que permite su integración con el contenido del Museo del Mañana. El agua de la bahía se emplea para regular la temperatura interior del edificio y para el suministro de los estanques que rodean el museo y en los que se refleja la estructura. El proyecto privilegia la entrada de luz natural. Además, en las alas móviles de las cubierta se han integrado paneles solares fotovoltaicos, que pueden ajustarse para optimizar el ángulo de los rayos solares a lo largo del día y generar energía solar para el suministro del edificio.

En armonía con el entorno, el diseño es audaz pero respetuoso, fuerte, pero elegante y ofrece una mejora y una integración con el entorno. Su diseño ha sido pensando para crear en el visitante una experiencia única y despertar emociones a través de las formas del edificio, los materiales, la luz y el espacio que complementan las exposiciones del museo.

Además, el recorrido exterior por el Museo presenta numerosos elementos pedagógicos. Los nuevos jardines ofrecen al visitante una lección de botánica gracias al proyecto paisajista del estudio Burlé Marx, que ha incorporado especies autóctonas de la Masa Atlántica, biotopo de la selva que rodea Río y que también ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad que permiten destacar las características de la zona costera de la ciudad de Río de Janeiro

Un espacio para analizar el futuro

Las exposiciones del museo abordarán cuestiones como el crecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida; los patrones de consumo; el cambio climático; la ingeniería genética y la bioética; la distribución de la riqueza, los avances tecnológicos y los cambios en la biodiversidad. La exposición permanente está comisariada por el físico y cosmólogo Luiz Alberto Oliveira y diseñada por Ralph Appelbaum con la dirección artística de Andres Clerici.

Además del área principal de exposiciones, el museo cuenta con espacio para las exposiciones temporales, un auditorio con capacidad para 400 personas, una cafetería, un restaurante y una tienda. El museo acoge también el Laboratorio de Exploración del Mañana, un espacio para actividades educativas y la muestra de proyectos y prototipos. Por último, el Observatorio del Mañana pone a disposición documentación sobre tecnología e investigaciones científicas de actualidad, que también servirán para actualizar la exposición permanente.