Manolo Carrión dejará de ser, el próximo día 1 de febrero, director gerente de la escuela de tauromaquia de Valencia. Una decisión adoptada tras una larga y fructífera singladura al frente de este centro del que en su momento fue alumno. «Como ya dije en la nota de prensa en la que expliqué mi decisión, con ocasión de mis nuevas responsabilidades como Cónsul de Filipinas en la Comunitat Valenciana, compaginado con mí profesión de abogado en ejercicio, me llevara una dedicación todavía más amplia, por lo que no podré estar disponible para la escuela tanto tiempo como el que sería necesario».
¿Qué balance hace de su gestión en la Escuela?
Para mí ha sido una etapa muy enriquecedora y de la que me voy muy contento. Han sido unos años de intenso trabajo, en los cuales creo que he aportado mi granito de arena a la hora de dar a la escuela una gran relevancia. Ha habido cursos en los que los alumnos han toreado mucho y por toda España y muchas plazas de Francia y Portugal. Incluso en Estados Unidos. Hemos organizado clases prácticas por todos los pueblos de la provincia, lo que nos ha permitido difundir y promocionar la escuela y a sus alumnos por toda Valencia.
Pero la labor de la escuela no termina con los festejos en la plaza... ¿verdad?
También hemos intensificado el tema de la preparación de los chavales, con preparación física, técnica e incluso teórica. Igualmente la escuela ha tenido una destacada influencia en la Federación Internacional de Escuelas taurinas ostentando su vicepresidencia primera. Asimismo los alumnos han tenido la oportunidad de tentar en las ganaderías más prestigiosas de la cabaña brava española.
La escuela tiene el orgullo de contar entre sus profesores honorarios a Enrique Ponce y a personalidades relevantes ¿qué aportan a los alumnos?
Entre esas personalidades relevantes están el catedrático Andrés Amorós y el magistrado Mariano Tomás. Además, se ha invitado a pronunciar conferencias a gente importante, como Fernando Benzo, subsecretario del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y al periodista de TVE, Federico Arnás. Y han venido a impartir clases prácticas magistrales maestros como Espartaco, Joselito, Enrique Ponce, Pepín Liria, y Luis Francisco Esplá.
Hombre, cuando yo empecé en esto, si me hubieran dicho que iba a haber acabado por dirigir la escuela, no me lo hubiera creído. Y ni siquiera haber llegado a ser matador de toros. Pero la vida tiene estas cosas y yo estoy muy satisfecho de todo la relación que me ha unido a la escuela a lo largo de cerca de 30 años.
Como alumno y como director, ¿qué objetivos tiene que tener este centro?.
La escuela siempre ha tratado de formar toreros, pero sobre todo, e incluso más importante, aficionados y profesionales preparados para desenvolverse en la vida. El aspecto formativo es decisivo. Cuidar la formación, el estudio e incentivar el aprendizaje y desarrollo de una profesión. Y que los alumnos sean buenos aficionados con independencia de la suerte que corran como toreros.
En lo puramente taurino, el balance también es muy notable, hay una cantera muy prometedora, ¿no cree?
Muchos alumnos han llegado a doctorarse, como es el caso de dos de los matadores de toros valencianos con más proyección como Román y Jesús Duque, quienes van a torear por méritos propios en Fallas del 2016, siendo para mí un gran orgullo dado que ambos se han formado bajo mi dirección en la escuela. Y sin olvidar los debuts con picadores, y otros alumnos que se han convertido en grandes profesionales de plata.
En cuanto a la crítica que se hace a las escuelas, sobre la uniformidad de los que salen de ella, ¿qué tiene que decir?
No es cierto. Nosotros damos las herramientas para que cada uno pueda desarrollar su personalidad. Y cada año los ha habido artistas, técnicos, valientes, bullidores. Cada uno con sus condiciones innatas.
Como resumen, ¿qué pediría a los poderes públicos ahora que deja el cargo para dedicarse a otras obligaciones?
Quiero expresar mi sincero agradecimiento a la institución por la confianza que durante tantos años ha depositado en mi persona, y por la oportunidad de poder devolver a la escuela parte de lo que en su día me aportó como alumno junto a su excelente equipo humano y profesional que lo integra, desde el convencimiento de que desde los poderes públicos sigan apoyando una institución que constituye un claro referente para el futuro de la tauromaquia valenciana habida cuenta de la extraordinaria cantera de vocaciones existente que deben asegurar una destacada posición de Valencia en la tauromaquia moderna.
