Maestro de la fantasía. Así definía a José Segrelles hace unos meses William Stout, creador del story board de El laberinto del fauno y dibujante de Parque jurásico. Ha sido el sino de un dibujante y pintor inclasificable y que hoy podría entrar en esa categoría imprecisa de autores de culto: reivindicado desde lejos, olvidado cuando no marginado en casa.
Algo se ha movido en los últimos años. Exposiciones sobre la fantasía como la del Centre del Carme y la monográfica que le dedicó el MuVIM la pasada primavera han reavivado el interés por Segrelles (Albaida, 1885 - 1969).
La galería valenciana que lleva su nombre ha querido tirar de ese hilo y presenta ahora un puñado de obras inéditas del creador dentro de una exposición colectiva, Fantasía „no podía ser otro título„, que cerrará sus puertas el próximo día 20.
Son obras de pequeño formato, acuarelas en su mayoría, la técnica más frecuente en Segrelles al ilustrar para libros y revistas.
Cuentan José Enrique y María José Segrelles, nietos de uno de los once hermanos del pintor y titulares de la veterana galería, que las piezas nunca expuestas que ahora recuperan proceden de colecciones particulares. En algunos casos, son obras que ha conservado la propia familia.
«La galería se creó en 1974 „, explica María José„ y siempre ha mantenido mucha relación con los particulares que tienen obra de Segrelles». O «el tío Pepe», con la familiaridad con que llama ella a su tío abuelo.
El nexo va más allá del apellido. El establecimiento de la calle Císcar no se llama Segrelles por ser el apellido de los propietarios, sino porque José Segrelles del Pilar quiso rendir en 1974 ese homenaje a su tío, fallecido cinco años antes.
Entre las pinturas nunca expuestas hasta ahora que la muestra rescata se puede encontrar el original de una de las acuarelas sobre la Tetralogía de Wagner que Segrelles realizó en los años 30 del siglo pasado para The Illustrated London News. El semanario le encargó trabajos sobre distintos compositores que publicaba en fechas navideñas.
También se exhibe el original de una ilustración de una de las series más conocidas del creador: la que realizó para la edición de Las mil y una noches de Salvat (de 1932). Este fue libro por el que Stout descubrió a Segrelles: se lo enseñó un día un amigo y no paró hasta hacerse con un ejemplar.
Stout, al igual que Guillermo del Toro, que buscó en el valenciano la inspiración para las creaciones fantásticas de El laberinto del fauno, han sido dos de los cineastas que han vuelto a poner en órbita el nombre de Segrelles.
Este era víctima, en parte, de la reclusión voluntaria durante sus últimos años en su Albaida natal, donde se hizo construir su hoy casa-museo a imagen de sus sueños fabulosos.
Pero María José Segrelles rebate cualquier teoría sobre la pusilanimidad de un creador que de muy joven se abrió hueco en el mundo artístico de Barcelona y fijó su residencia en Nueva York entre 1929 y 1933 para conquistar grandes cabeceras del momento: de Cosmopolitan a The New York Times.
