El II Simposi sobre la Lectura empezó ayer en la Facultad de Filología de Valencia con los marcos del que debe ser primer plan de fomento del libro de la Generalitat. La profesora de la Universitat de València Gemma Lluch fue la encargada de perfilar los trazos de un proyecto que debe quedar definido a la conclusión, hoy, del encuentro.

Lluch, como representante del equipo que ha desarrollado el simposio, fijó algunos puntos de partida. Por ejemplo, una campaña por la lectura en 2016 ha de aspirar a superar las fronteras de escuelas y bibliotecas.

Los bibliotecarios saben bastante de esto —al menos en algunos territorios, a la vista de la exposición de Carme Fenoll sobre la difusión del libro en Cataluña— y se trata de trabajar la lectura «en el mundo virtual, los mercados, los cines, los mercados o los hospitales», dijo la experta.

Otra cuestión imprescindible en estos tiempos es que un plan no puede centrarse solo en los niños. Para Lluch, es clave el papel de padres y abuelos como mediadores.

Un proyecto por la lectura como el que ha puesto en marcha la Conselleria de Educación y Cultura necesita herramientas además con la que trabajar. La profesora citó un mapa de bibliotecas, otro de librerías —con datos valencianos— o uno de la edición para descubrir qué vacíos existen.

El sector del libro está canino de cifras y datos reales, porque la Generalitat abandonó en 2012 la parte valenciana del estudio estatal sobre hábitos lectores.

El plan deberá responder a preguntas como si son necesarias ayudas a la creación. Lo que los impulsores del simposio sí dejan caer ya como fórmulas positivas son las rutas literarias y un club virtual de lectura, que la conselleria debería desarrollar.

Se lee, pero otras cosas

«Sí se lee, pero no lo que la industria produce». El consultor Manuel Gil sirvió el mensaje para el debate acerca de las acciones a emprender en la industria editorial. ¿Un plan PIVE (el de los automóviles), quizá?

Gil concluyó con un decálogo de sugerencias sobre el sector. La primera, desarrollar un gran pacto por el libro en la Comunitat Valenciana. También un observatorio de la lectura y un plan de apoyo a las librerías con dotación económica.

El pobre balance del préstamo digital en las bibliotecas fue otro eje de debate. La propuesta del consultor es un plan de digitalización de contenidos editoriales y su cesión gratuita a bibliotecas a los 18 meses de su producción.