El Palau de la Música de Valencia volverá a tener director a partir del próximo verano. No lo tiene desde 1996, cuando Javier Casal dejó el cargo tras tres años de gestión al lado de la entonces presidenta del organismo autónomo, Mayrén Beneyto, que a partir de entonces asumió sola el gobierno del auditorio apoyada en el subdirector de Música, Ramón Almazán, que luego sería su marido. Tras perder el PP el ayuntamiento en las últimas elecciones municipales, la nueva presidenta, Glòria Tello (Compromís), anunció „lo hizo en julio„ la recuperación del puesto de director mediante un proceso de selección abierto. Seis meses después, las bases ya están preparadas. Según estas, el nuevo máximo titular del Palau cobrará 72.447 euros anuales brutos y será contratado por tres años renovables hasta un máximo de nueve.

Tello defendió ayer que la remuneración prevista es «más que digna» y «adaptada a los tiempos que estamos». El salario se equipara al de un director general del consistorio y está en la línea de los de «la mayoría» de responsables de auditorios en España.

Los algo más de 72.000 euros son menos que el salario del alcalde, Joan Ribó (80.000), como la también concejala de Cultura subrayó. Superan, no obstante, la retribución del presidente de la Generalitat, Ximo Puig (67.615 euros). Por situar los honorarios en el contexto cercano, el intendente del Palau de les Arts, Davide Livermore, percibe 135.000 euros al año, si bien él sostiene que es así porque une al sueldo por el cargo el de director del Centre de Perfeccionament de cantantes y la dirección de escena de dos óperas.

Un poco más al norte, el director del Auditori de Barcelona gana unos 95.000 euros al año. Según fuentes municipales consultadas, la retribución del nuevo director del Palau será inferior también a la que tenía el subdirector de Música con Beneyto.

Habrá que ver si el salario atrae a gestores de fuera de Valencia. Es el objetivo de la concejalía. Por ello, la convocatoria de la plaza va a difundirse no solo en prensa local, sino también en nacional y extranjera.

Otro factor importante a la hora de presentarse al cargo es la duración del contrato. Será de tres años renovable por dos periodos del mismo tiempo, de modo que el elegido podrá estar un máximo de nueve años. «Es bueno que no se perpetúe. El organismo requiere frescura y motivación», dijo Tello.

El plazo para presentar candidaturas es de tres meses desde la publicación oficial de las bases. Ello supone que la designación se producirá, si todo va bien, antes del próximo verano y el director empezará a ejercer de cara a la próxima temporada. El calendario implica que el primer contrato finalizará cuando acabe la legislatura. Tello aseguró ayer que desconocía esa coincidencia.

La elección se ajusta al Código de Buenas Prácticas de la Generalitat, así que una comisión de valoración formada por tres delegados de la Administración, tres expertos y tres representantes de la sociedad civil elegirá al director. Casi todo el tribunal ya está escogido, confesó la edil, aunque no se hará público hasta que finalice el plazo de presentación de proyectos. Se hace así para evitar suspicacias, aseveró. Tello incidió, por otra parte, en que la auditoría del personal del Palau era conocida por el comité de empresa, reiteró que el fin no es despedir a nadie, solo poner orden en una plantilla donde la parte administrativa esta «sobrerrepresentada» y, aunque hay «amigos, primos y vecinos de», son «una minoría» en un grupo «excelente». Ni siquiera «voy a por estos», zanjó.