Los inicios en Valencia fueron en la Avenida del Puerto, en el Balcón de Levante. Un tablao junto a su desaparecida amiga Carmen España, Amparo Cazalla, su tía Rocío€ ¿Qué recuerda de esa época?
Todo, ¡hombre! Ese tiempo es inolvidable porque yo nací ahí como cantaor, eran mis primeros pasos y te diré más, eso que cuentas fue durante dos años, así es que estoy vinculado a esta tierra porque parte de mi carrera se forjó aquí. Vivía arriba mismo de la taberna. ¡Imagínate! (Se emociona recordando a su amiga Carmen España).
Sé que Lola Flores moría por usted y usted por Lola€
(Ríe) La verdad es que Lola me admiraba muchísimo. Tanto como yo a ella. No dejaba de darme consejos, me orientaba, sobre todo porque yo siempre he sido tímido: «¡Levanta la cabeza, muchacho!», «¡Mira al público!»€ Siempre que podía venía a verme, incluso tenía el interés por saber dónde actuaba. Lola Flores ha sido una gran amiga. Recuerdo un Rocío en el que acabamos empapados, resguardándonos de un diluvio, pero sin dejar de bailar ni cantar. ¡Allí acurrucados sin poder salir pero disfrutando del momento y riéndonos! ¡Ni dormíamos! ¡Sin parar hasta las dos del mediodía! Canté en el homenaje de Antena 3, poco antes de fallecer. Ahora mismo la recuerdo sentada junto a su hijo Antonio en aquella mesa€ [Sus ojos se humedecen]. Me emociona recordarlos. Ambos fueron, además de genios, magníficas personas.
¿Cuáles son sus proyectos actuales?
Ya tengo terminado el disco La magia de una voz. Será un trabajo importante y estoy seguro que aceptado por el público. He querido revisitar algunos de mis temas más populares y grabarlos de nuevo para darles un sonido más actual, porque, aunque estoy muy satisfecho de cómo quedaron, ahora puedo aportar otros matices, giros nuevos€ También recupero algunas canciones que pasaron más desapercibidas porque tú sabes que ciertos éxitos las eclipsaron. Y, por supuesto, alguna novedad. Una canción que me encanta: Triana. Su estribillo es pegadizo, fácil de recordar: «tri-tri-tri-tri-tri-tri-Triana, como me la recuerdo se me parte el alma» [Canta sin reparo parte de la letra]. La compuso Antonio Díaz dedicada a Carmen Ordoñez. La gente recordará fácilmente esta melodía.
¿Y cómo le gustaría que le recordasen?
Como lo que soy, un hombre bueno y sencillo. Una persona que ha querido transmitir emociones. Dios me ha dado ese don de emocionar, conseguir que surjan sentimientos con mis canciones, de llegar a la gente, a mi público. Que recuerden siempre esa magia. Y lo digo sin ninguna vanidad porque me considero un humilde cantante.
